Todo sigue igual por Barreiro. Esta vez el Celta B no mostró la buena imagen de otros partidos. Los nervios empiezan a jugar malas pasadas a un equipo que no está habituado a verse tan abajo en la clasificación. El tiempo pasa. Y el filial céltico sigue en puestos de descenso y, poco a poco, va perdiendo de vista al Leganés, equipo que marca la zona de salvación.

El conjunto que dirige Fonsi Valverde empezaba mostrando su mejor versión. Buen manejo de balón, posesiones largas y dominando a su rival. El plan del técnico de Nigrán parece que salía a la perfección. El problema, el de siempre. La falta de puntería de este Celta B es una de las claves de su situación clasificatoria. El que sí estuvo acertado fue el Marino de Luanco. El equipo asturiano se adelantaba a la media hora de partido gracias al tanto de Sergio Prendes.

A medida que pasaba el tiempo afloraban los nervios en los jugadores célticos. Las imprecisiones se sucedían. Sólo Jota y Pillado aportaban algo de claridad a un partido que caminaba hacia un desenlace doloroso. Fonsi Valverde movió banquillo. Dio entrada a Manteca y el devenir del choque ofrecía sensaciones distintas. Quedaban minutos para creer en, por lo menos, la igualada.

El empate estuvo cerca. Pero otra vez los nervios y la ansiedad pasaron factura. Jota, el referente de este equipo, falló un penalti mediada la segunda mitad. Su disparo se estrelló contra el larguero. El gafe estaba más vivo que nunca. Sobre todo cuando, poco después, Álex Arias batía a Rubén Blanco al desviar una falta lateral. El Marino de Luanco hacía el segundo y dejaba casi sentenciado el choque.

El Celta B reaccionó. Pero tarde. Albert Manteca redujo distancias cuando quedaban sólo dos minutos para la conclusión. Nueva derrota y la permanencia se complica otra semana más.