Leo Messi no anda fino, las lesiones siguen castigando el equipo, los resultados no son los esperados y los postes -hasta 28 desde el inicio de la temporada- suponen otro inconveniente añadido para el Barcelona de Pep Guardiola, que vive una de las peores rachas de resultados desde que el técnico llegó al equipo.

Tres empates en los últimos tres partidos han acercado al Barcelona a la final de Copa del Rey y le han alejado dos puntos más de la cabeza de la Liga, pero más que el resultado, la diferencia estriba en las sensaciones que ofrece el Barça.

No es esta la peor racha desde la llegada de Guardiola. Desde mediados de febrero de 2009 hasta principios de marzo de ese mismo año, el Barça encadenó hasta cinco partidos sin ganar.

En Liga 2008-09, empató ante el Betis (2-2), perdió en casa frente al Espanyol (1-2) y cayó ante el Atlético de Madrid (4-3). Su diferencia, como líder de la Liga, se rebajó de diez (60-50) a cuatro puntos (60-56).

En esa serie de encuentros también se incluyó una eliminatoria de Liga de Campeones ante el Olympique de Lyon (1-1) y otro empate en Son Moix (1-1) que le acercó a la Copa del Rey.

El bajón no es inhabitual y es tanto físico como mental. Los preparadores físicos lo conocen como el síndrome de las 'piernas pesadas', común en los picos de preparación física de los equipos antes de afrontar con las máximas garantías los meses decisivos de cada temporada: marzo, abril y, sobre todo, mayo.

Y el ejemplo es Leo Messi. El argentino ha bajado el pistón en los últimos partidos, por sensaciones y por rendimiento. No se refleja en la estadísticas, pero resulta una evidencia.

Ha marcado cinco goles en los últimos ocho partidos, pero todos ellos en dos encuentros: 3 contra el Málaga y 2 ante el Betis; y se ha quedado sin marcar en seis de los últimos ocho partidos, incluido en el partido de ayer ante el Valencia, en el que incluso falló un penalti, el segundo de la temporada.

Leo ha dejado su casillero a cero en los dos enfrentamientos coperos ante el Real Madrid, ayer en Valencia y en Pamplona. Tampoco anotó en Liga frente al Espanyol y Villarreal, lo cual se ha reflejado en los números del equipo.

Y sin Leo, ha llegado el momento de que los defensas hayan salido al rescate en el apartado goleador, especialmente Carles Puyol que anotó en Mestalla y en la ida de los cuartos de final en el Bernabeu.

El cóctel para explicar el estado actual del Barça se completa con otros dos ingredientes: las lesiones y los postes. Guardiola, que no ha decidido acudir al mercado invernal, dispone de catorce jugadores del primer equipo, quince contando con el recién ascendido Isaac Cuenca.

Entre ellos, dos porteros. Total: trece futbolistas en un momento fundamental del año. Está lesionado Andrés Iniesta, en una de las temporadas que más minutos ha jugado, y Pedro Rodríguez, que no acaba de ser el jugador determinante de otras temporadas.

A estos dos jugadores hay que añadir David Villa, Ibrahim Afellay y Andreu Fontàs. Todos ellos lesionados de larga duración. El que más próximo está a reaparecer es el holandés, aunque difícilmente juegue antes de abril.

A los males del equipo se suman los 28 remates que el equipo ha lanzado a los postes desde el inicio de la temporada. El último anoche en Valencia (Alves), el penúltimo el fin de semana en Villarreal (Cesc Fàbregas).