El colegiado canario llevó bien el partido y acertó en la mayoría de las acciones polémicas, a pesar de tener siempre al público en contra. En cambio, le faltó tacto para permitir que el Girona lanzase un córner antes de señalar el final del partido. El equipo de Josu Uribe estaba volcado al ataque en busca del gol del empate. El colegiado, sin embargo, señaló los vestuarios y fue despedido con abucheos y el enfado de los jugadores locales.

En Girona no le perdonan a Alejandro Hernández Hernández su mala actuación la temporada pasada en Cartagena, en un encuentro en que los albirrojos se jugaban la clasificación para el play-off de ascenso a Primera. Ayer pudo irse sin hacer ruido, pero se mostró demasiado puntilloso con el tiempo de descuento. También le protestaron varios fueras de juego y su criterio sobre las faltas.