El Celta vuelve el sábado que viene al campo de Santo Domingo, en el que disputa sus partidos el Alcorcón. El equipo madrileño acabó la temporada pasada con las ilusiones de la afición celeste de que los de Herrera alcanzarían una de las dos plazas de ascenso directo a Primera División. La derrota por la mínima (1-0) amargó la fiesta del millar de seguidores que acompañó al equipo vigués hasta el sur de Madrid. Nueve meses después, el conjunto celeste regresa "al lugar del crimen" dispuesto, esta vez, a sumar tres puntos que le devuelvan a los puestos del play-off.

La goleada propinada el fin de semana pasado al Sabadell devuelve al Celta las ilusiones de poder situarse entre los primeros de la clasificación. Para ello, los de Herrera han de derribar el muro que supone el Alcorcón cuando juega en casa, debido a que dispone de un campo de reducidas dimensiones y con un público muy animoso que se sitúa muy próximo al césped. Así se crea un ambiente claustrofóbico para muchos adversarios. Que se lo pregunten sino al Deportivo, que se llevó una goleada de Alcorcón (4-0) a finales de septiembre.

Y eso que este curso, el conjunto que dirige Juan Antonio Anquela ya no resulta tan temible como el año de su debut en la categoría de plata. De hecho, el cuadro amarillo ha perdido dos encuentros en casa, cuando en toda la campaña anterior solo dejó escapar uno. Además, no ha pasado del empate ante los filiales del Barça y el Villarreal. La fortaleza que el Alcorcón ha perdido en su campo la ha ganado a domicilio, donde ha conquistado 10 de los 24 puntos que lleva reunidos en las dieciséis jornadas de Liga. Los tres últimos se los arrebató al Murcia en la Nueva Condomina.

De la anterior visita celeste a Alcorcón hablaba ayer Cristian Bustos. "De aquel partido guardo el buen recuerdo del apoyo que nos ofreció nuestra afición, pero no pudimos brindarle un triunfo". El centrocampista del Celta advierte de la dificultad de jugar en Santo Domingo. "Es un campo pequeño en el que ellos están muy acostumbrados a jugar en él. Volverá a ser un partido complicado, pero estoy convencido de que nosotros tenemos nuestras armas para ganar".

En su reflexión sobre el compromiso inminente de los célticos, advierte: "Está claro que va a ser un partido de mucha disputa, en el que habrá que estar muy fuertes". No obstante, el centrocampista mantiene la esperanza de ganar por primera vez en Alcorcón, donde el Celta también quedó apeado de la Copa del Rey en la edición pasada. "Tenemos nuestras armas para poder ganar", proclama.

La intención de la plantilla celeste es ganar en los dos partidos de Liga que restan hasta que se inicie el descanso navideño: ante el Alcorcón y una semana después en Balaídos ante el Guadalajara. Si sumase esos seis puntos en juego, el Celta acabaría el año con 32 puntos en la clasificación, tras dieciocho jornadas disputadas. Antes, sin embargo, tendrá que regresar a Alcorcón, donde el curso pasado se esfumaron parte de sus ilusiones.