El Rápido de Bouzas desperdició ayer la ocasión de dar un importante golpe en la mesa y reafirmarse como un serio aspirante. Los vigueses visitaban Pasarón para medirse al Pontevedra en un encuentro que estaba previsto midiese las posibilidades del conjunto de Juan Carlos Andrés. Todo funcionó hasta el descuento. Allí, en el primer minuto añadido un lateral del Pontevedra, Pablo Suárez, aprovechó una concesión de la defensa viguesa para marcar el gol del empate y arruinar el excelente encuentro que habían realizado los de Bouzas. Merecieron llevarse los tres puntos, pero un revés del destino cuando el partido parecía estar a seguro envió todo al traste y dejó a los vigueses con una sensación de derrota.

Al Rápido no le descompuso ni la lesión en el minuto cuatro de Chema que dio la oportunidad a Benja de entrar en el campo. Nada sacó a los vigueses que fueron adueñándose del encuentro poco a poco, sin inquietarse, manejando la pelota con acierto y jugando con los nervios del Pontevedra. A los granates se les vio acelerados durante casi todo el choque y esa situación el medio del campo del Rápido de Bouzas lo supo aprovechar.

No llegaron demasiadas ocasiones en las áreas, pero el partido se jugó sobre todo en el campo del Pontevedra que no tenía muy claro cómo meterle mano al partido.

En el segundo tiempo el Rápido de Bouzas apabulló por momentos al Pontevedra que se vio desbordado por completo. El Rápido comenzó entonces a generar ocasiones claras que se iban al limbo. Estaba siendo un aviso de lo que sucedería en el minuto 64 cuando Nacho Franco abrió el marcador en una jugada en la que contó en cierto modo con la colaboración de la defensa del Pontevedra.

El gol hizo sonar las alarmas en el Pontevedra que no tenía muy claro el modo de arreglar aquello. Abelleira meneó el banquillo, pero al Pontevedra le faltaba fútbol porque estaba siendo claramente inferior al Rápido de Bouzas. Los de Andrés parecían tenerlo todo controlado. Lloves no tenía trabajo, sus futbolistas dominaban la escena e incluso seguían llegando con peligro. Pero un despiste en el descuento permitió al Pontevedra encontrar el empate por medio de Pablo Suárez. Un castigo demasiado grande para el Rápido, una injusticia enorme y una lástima por la ocasión perdida.