El ciclista español Igor Antón, del Euskaltel-Euskadi, se ha impuesto este viernes en la decimonovena etapa de la Vuelta a España 2011, disputada entre la localidad cántabra de Noja y Bilbao, sobre 158,5 kilómetros, en lo que suponía el retorno de la ronda al País Vasco 33 años después.

El corredor vasco ha dado una alegría a su equipo, animado por correr ante su afición y sus paisanos, y se ha hecho con el triunfo en solitario tras un ataque en el Alto del Vivero, donde ha descolgado a sus compañeros de fuga.

Antón sumó su cuarta victoria en la Vuelta, la decimocuarta para Euskaltel-Euskadi en la ronda española, y permitió a su equipo firmar un triplete histórico de victorias al sumar así triunfos en las tres grandes: Giro, Tour y Vuelta, en la misma temporada.

A 40 segundos de Antón entró en meta el italiano Marzio Bruseghin (Movistar), que acompañó al vizcaíno en la escapada, y a minuto y medio lo hicieron Dominik Nerz (Liquigas) y Haimar Zubeldia (Radioshack).

Mientras, en la cabeza de la clasificación no hubo movimientos y el cántabro Juan José Cobo (Geox-TMC) conserva el liderato de la general, aunque tuvo que aguantar los ataques de Chris Froome (Sky) en el Alto de El Vivero.

Igor Antón buscó con ahínco ser profeta en su tierra y coronarse en una etapa que atravesó su pueblo, Galdakao, donde comenzaba la ascensión a El Vivero, de segunda categoría. El vizcaíno fue uno de los protagonistas de la tercera fuga que se formó, junto a su compañero de equipo Gorka Verdugo, el italiano Bruseghin y el kazajo del Astana Dyachenko.

El Geox, el equipo del líder Juan José Cobo, comenzó tirando del pelotón con la colaboración del Garmin Cervelo y el Liquigas, pero limitándose a tareas de control y vigilancia; dejando hacer, como lo hizo en la etapa anterior.

A medida que el cuerpo de escapados ampliaba diferencia con el grupo principal, la temperatura ambiental ascendía. Bilbao ofreció un calurosísimo recibimiento a la serpiente multicolor, con 40 grados de temperatura y numerosos seguidores en sus calles; reflejo de la gran afición ciclista que existe en Euskadi.

En el primer paso por la capital vizcaína la renta de los escapados fue decreciendo, con Liquigas y Garmin, tirando de la cabeza del pelotón. Sky tomó el revelo en el grupo en la primera ascensión al Alto de El Vivero, repleto de aficionados que animaban a los corredores, y especialmente a Antón y Verdugo, y la diferencia de los cuatro fugados apenas superaba los tres minutos, que se convirtieron en 2:36 cuando coronaron.

En el segundo paso por Bilbao, Verdugo sufrió un pinchazo, sin consecuencias, mientras que Dyachenko se quedó descolgado del grupo de escapados, que poco a poco iba viendo mermada su diferencia con el pelotón hasta el minuto y medio antes de la segunda y última ascensión al Vivero.

Froome prueba suerte

Con la neutralización de Verdugo, la ascensión se convirtió en un mano a mano entre Antón y Bruseghin, pero el de Galdakao, haciendo gala de su profundo conocimiento de esta subida, ganó la partida al veterano italiano espoleado por la posibilidad cada vez más cercana de lograr la victoria en casa.

Antón, llevado en volandas por los aficionados, coronó el Vivero --este viernes vivo reflejo del Tourmalet en el Tour-- con algo más de 30 segundos esperanzadores sobre el pelotón en el que el Sky, con Bradley Wiggins, ponía un fuerte ritmo en busca de atacar a Cobo. Así, Froome lo intentó, pero Cobo respondió con entereza, acompañado por Mikel Nieve (Euskaltel), encargado de evitar cualquier contratiempo que complicase la victoria de su compañero.

De este modo, las ilusiones del galdakaoztarra se hicieron realidad en la meta de la Gran Vía bilbaína, que atravesó pletórico en solitario tras una etapa digna de encomio que supuso un premio para el 'Fuji' en una Vuelta llena de sinsabores.

La vigésima y penúltima etapa se disputará por completo en carreteras vascas, recorriendo los tres territorios. Partirá de Bilbao y concluirá en Vitoria tras 185 kilómetros en los que los corredores superarán cuatro puertos. El último, el de Urkiola, podría sentenciar definitivamente la Vuelta 2011.