El Iveco Universidade de Vigo estará representado este sábado en la asamblea de la Federación Española, en la que se decidirá el calendario de la División de Honor. Asiste el club olívico como le corresponde por su ascenso, aunque la materialización de la hazaña está por concretar. Será tras el fin de semana cuando se ponga fecha tope a la inscripción de los equipos y el Vigo Rugby aún no dispone de los apoyos financieros necesarios. "Yo sigo siendo optimista", asegura el presidente, Ramón González-Babé. Ha de serlo. Desde todos los puntos de Galicia impulsan al equipo, el primero del país que puede hollar los campos de la máxima categoría.

El rugby gallego, ante el silencio de las administraciones, se ha puesto en marcha para empujar al Iveco en esta última ofensiva. El maul se está formando. Al agrupamiento llega el Pontevedra RC, que ha abierto en Facebook el evento "Ayuda urgente para el Iveco Rugby Club". Se suma el Zalaeta coruñés, especialmente interesado en que Carlos de Cabo, formado en sus filas, pueda disfrutar de la División de Honor como jugador del Iveco. Ya ha realizado una aportación económica Evaristo Martínez Barallobre, exjugador y directivo del también herculino CRAT. Y Nacho Cociña, candidato a la presidencia de la Federación Gallega, ha mostrado su solidaridad con el XV del Olivo. Inyecciones de ánimos y dinero que sumar a la campaña de captación de socios colaboradores emprendida por el propio Iveco.

El proyecto vigués hermana a todos. As Lagoas se ha convertido en el lugar de peregrinación al que acuden aficionados de toda Galicia. El ascenso conquistado en Madrid ante el CRC fue festejado en comunidad. Al encuentro asistió el presidente del CRAT, Alfredo López. "Es un hecho histórico para Galicia", destacaba entonces. "Es lo mejor que nos podía pasar", refrendaba Fito Brea, de Os Ingleses. Y Javier Conde, del Campus Ourense, sentenciaba: "Es un honor tener a un equipo gallego en la máxima categoría". Vilagarcianos y ourensanos, de hecho, iban a aportar dos o tres nuevos jugadores al proyecto. Ahora, ante la amenaza de derrumbe, acuden al rescate.

"Estamos alucinados. Ha sido algo espontáneo", reconoce Babé. Ruth, médico del Pontevedra RC, puso en marcha la iniciativa. La siguió el Zalaeta. No quieren los coruñeses que el esfuerzo de Carlos de Cabo, su chico, sea estéril. De Cabo ha viajado cada día desde A Coruña durante la temporada para entrenarse en Lagoas. "Siempre decimos que este es un deporte diferente, pero no sabía hasta qué punto", se emociona Babé. "Estos son los valores que defendemos. Existe en Galicia un sentimiento real para apoyarnos en A Coruña, Ferrol, Pontevedra, Vilagarcía, Ourense... A todos nos interesa que haya un equipo de referencia en División de Honor. El rugby gallego va a estar en el mapa".