Thiago Alcántara se perfila como la estrella del Europeo sub-21. Mañana, la selección española se juega el pase a semifinales ante Ucrania.

–De padre futbolista, Mazinho, y madre jugadora de voleibol, Valeria, solo podían nacer deportistas.

–Seguro. El primer regalo que recibí en la cuna fue un balón. Ese llevaba sonajero. Nací con ganas de jugar. Desde pequeño cada vez que veía algo redondo sentía la necesidad de chutarlo o hacer un malabarismo.

–Juega con la alegría y el descaro del fútbol de barrio.

–Muestro un fútbol de alegría. Tengo una buena mezcla. La raíz brasileña. Y de España he adquirido el orden, lo táctico.

–Dice Zidane que los más grandes se diferencian del resto porque cuando reciben la pelota ya sabían lo que iban a hacer.

–Yo no pienso. Siempre he vivido con el riesgo de tener en la cabeza hacer cosas diferentes a los demás. Es lo que me ha llevado hasta aquí. Aunque admito que hay momentos en los hay que evitarlo.

–Y otros en los que le obligan a tocar de primera.

–Vengo de un equipo donde prima el toque rápido, la posesión de balón. También intentamos hacerlo en la selección.–¿De quién aprendió más?

–De mi padre. Es una persona muy profesional, muy seria. Siempre nos ha inculcado respeto a la profesión. Nos ha echado broncas cuando debía y animado siempre.

–Era un renacuajo y ya se le veía pegado a un balón junto a Mazinho.

–En Paterna y A Madroa siempre tenía la suerte de que mi padre me llevaba a los entrenamientos cuando no tenía clase. Crecí viendo a los jugadores y jugando en los campos de al lado de donde entrenaba. Son grandes recuerdos. Mucha diversión.

–¿Qué técnico ha sido clave?

–Me marcó mucho un entrenador que tuve en Vigo. A pesar de que él creyera que podía ser el mejor del equipo nunca me lo dio a entender. Siempre me hacía sacar lo máximo de mí y esforzarme más. Le llamábamos ´El Rojo´. Javier Lago, del Ureca.

–¿Esos inicios de felicidad le condujeron a jugar con España y renunciar a Brasil e Italia?

–Me siento español. Crecí en España, aprendí a leer aquí. Toda mi familia es brasileña y lo hablo en casa, pero yo considero Vigo mi ciudad natal. Son imborrables los recuerdos del colegio. Los amigos que tengo. La forma en la que viví allí.–¿Quién es mejor, Thiago o su hermano Rafinha?

–Mi hermano es un gran jugador y va a apuntar muy alto pero somos diferentes. Nos complementamos. Él es zurdo, más fuerte, con más velocidad incluso. A mí me gusta más el balón, tocarlo, entrar en velocidad al juego.

–¿Su sueño es triunfar en el Barça?

–Mentiría si dijese que mi sueño es triunfar en el Barça. Mi sueño es triunfar en el fútbol. Quiero ser un jugador que la gente recuerde para siempre.

–¿Entendería el fichaje de Cesc por un alto precio tras haber estado en La Masía?

–Así es el fútbol. Han pasado mil casos y en la historia del fútbol seguirán pasando. Yo no soy una excepción. Cesc es un gran jugador y en el club siempre vendría bien, claro.

–Si se concreta la llegada de Cesc, ¿puede provocar su salida?

–No lo sé. No es una cosa que me plantee en este momento. Me quedan dos años de contrato. Guardiola es un entrenador que durante todos estos años me ha demostrado su confianza y lo que cambia este año es que ya soy solo jugador del primer equipo. Veremos.