Los testigos citados ayer por Horacio Gómez coincidieron plenamente en señalar que durante su etapa al frente del club no hubo un solo indicio que permitiese sospechar que el club acabaría solicitando la entrada en concurso de acreedores. Roberto Prieto y Fernando Mosquera aseguraron que en ningún momento percibieron que el club atravesase por una situación de insolvencia. "El club estaba al corriente con los jugadores y los proveedores, a veces con algún retraso en los pagos", confesó el exresponsable de la cantera. "Ningún jugador o empleado presentó nunca una reclamación", corroboró el exsecretario del consejo céltico.

Félix Carnero, mientras, afirmó que durante el año que estuvo como director deportivo de Mouriño se abordaron fichajes importantes. Se citó la contratación de Nené, cerrada en 6 millones (4,5 de traspaso más Toni Moral) y las posteriores incorporaciones en el mercado invernal de Bamogo (400.000 euros de salario) y Areias (100.000).

Sabino López declaró, por su parte, que Mouriño negoció al alza sin ningún problema las renovaciones de Pinto y Ángel con salarios superiores al millón de euros. El exgerente fue aún más lejos y acusó al actual presidente celeste de "enmascarar un fracaso deportivo de cuatro años en Segunda División". "Si el Celta no hubiese descendido seguro que no habría entrado en concurso de acreedores para tapar su fracaso deportivo", sentenció.