Michu, Dani Abalo y Iago Aspas por David Rodríguez, De Luchas y Trashorras. El tridente B por el tridente A, aunque "eso es cosa de la prensa", advierte Aspas. Una permuta, en todo caso, que revolucionó el mortecino juego celeste ante el Granada. El giro del guión despistó a los andaluces lo suficiente para encajar un gol que se antoja crucial en la visita a Los Cármenes. A Paco Herrera le toca decidir si el éxito del plan le invita a invertir las jerarquías o a mantenerlas. Michu anticipa: "Ahora mismo, en estas eliminatorias tan importantes, el equipo es una piña y el que salga va a hacerlo bien. Si toca el banquillo, intentaremos hacerlo lo mejor posible; si toca jugar, pues también".

"Cada vez estoy más convencido de que el oficio de central es cosa de dos, de entenderse", reflexionaba Noguerol. Makelele extiende esa teoría a otras líneas: "El fútbol se compone de parejas que deben equilibrarse, de forma que uno ayude al otro cuando esté mal". Famoso es Valdano por promover sociedades, como aquella afortunada de Amavisca y Zamorano. El dos surge como máximo común denominador en la estructura interna de las alineaciones. Paco Herrera, sin embargo, tiende al tres: tres centrales, tres atacantes. Y a este respecto, aunque con flexibilidad, parece haber construido determinados equipos especiales. El titular y más veterano, con el que inició el encuentro del miércoles, muy dotado para la contra; el joven como recambio, impredecible. Etiquetas que incomodan. "¿Revulsivo?", se pregunta Aspas. Nadie renuncia al once inicial. Pero no es tiempo de reclamaciones: "El mister apostó por otros compañeros pero siempre ha dicho que los que salen del banquillo tienen que aportar mucho. Los tres cambios dimos ese empujón para meter el gol. Si sale igual, cualquiera de los tres firmamos estar en el banquillo en Granada y jugar veinte minutos o media hora".

"A los tres que entramos nos salieron bien las cosas, pudimos disputar minutos y hacerlo bien. Ojalá podamos seguir en esta línea", desea Dani Abalo, que anticipa: "Me da igual no jugar de titular en Los Cármenes. Lo que quiero es que el equipo salga de Granada con el pase en la mano y que podamos celebrarlo todos juntos".

Este equipo especial tiene características muy concretas. Tiende a la asociación dinámica, sin un referente claro en punta. Aspas ejerce como falso delantero o delantero mentiroso, que es la denominación de moda desde la reubicación de Messi en el Barça. "Ninguno ha sido delantero centro, no nos vamos a engañar, pero el mister nos dice que hay que tener un poco más de maldad, tirar y finalizar las jugadas, porque a veces parece que nos queremos enredar un poco. Mientras salga bien...", analiza Aspas.

Cuestión de aprendizaje

El nuevo dibujo obliga también a una relativa reconversión de Dani Abalo, que debe dejar espacio en su territorio natural, pegado a la línea de cal, para la incorporación del carrilero. Le toca, o sea, tender más hacia los conductos interiores. "Es lo que me pide el entrenador", reconoce el arousano. "Con el cambio de sistema necesitaba mejorar en nuevas posiciones. He entrenado durante todo el año para mejorar en el juego por dentro. El mister me está dando una oportunidad y no quiero desaprovecharla".

El encuentro de ida de la eliminatoria fue una de esas ocasiones en las que los planes salen a la perfección. El gol lo prueba. "Estamos contentos por eso y porque nos da una ligera ventaja en la eliminatoria", conviene Michu. Falta el siguiente capítulo de la trama, en la cancha nazarí. Abalo comprende que volverá a tener un papel importante: "Ojalá seamos capaces de mantener allí la portería a cero. Iremos a lograr un gol. Estaría todo hecho. Nos jugamos mucho ante un gran equipo. Se veían favoritos. Debemos seguir teniendo cuidado, con la cabeza fría, y dejarnos todo en el campo".

"Con las cosas difíciles lo sacamos todo", asegura el extremo diestro si le hablan del ambiente hostil que pueden encontrarse en Granada: "Somos un equipo completo y serio. Pelearemos hasta el último minuto del último partido".