Pilotes Posada 34

Xavi Díaz, Edu Moledo (4), Montávez (5), Cerqueira (1), Polakovic (3), Fran González (3), Frade (5) -siete inicial- Maciel (ps), Pablo domínguez (5), Cacheda (3), Macías (-), Barisic (3), Ruesga (2) y Nando (-).

Villa de Aranda 29

César Sanz, Cristian Postigo (3), Diego Camino (8), Cibulskis (5), Torrado, Kraucevicius (7), Barba (3) -siete inicial- Rasero (-), Llopis (-), Rodrigo del Val (3) y Alberto Martín.

Marcador cada cinco minutos: 1-4, 5-6, 8-8, 11-12, 14-15, 18-17 (descanso), 21-18, 25-19, 27-21, 30-23, 32-24 y 34-29 (final). Árbitro: Gerardo Eloy Bohigas y Joaquín Castañer. Excluyeron dos minutos a Cerqueira, Barisic, Ruesga en dos ocasiones, Frade, Cacheda y Pablo Domínguez por el Octavio y a Cibulskis, Lopis y Rasero en dos ocasiones por el Villa de Aranda. Expulsaron con cartulina roja directa a Llopis. Incidencias: Encuentro aplazado de la vigésimo sexta jornada de la División de Honor Plata disputado en el pabellón de As Travesas ante unos 500 espectadores.

El Octavio Pilotes Posada toca con los dedos la Liga Asobal. El conjunto académico no falló en su partido aplazado por la disputa de la Copa del Rey en Vigo y derrotó al Villa de Aranda tras una gran segunda parte en la que impusieron su buena defensa para conseguir dos puntos que le dejan a uno de certificar matemáticamente su presencia en la máxima categoría la próxima temporada. Los vigueses recuperan los seis puntos de ventaja con sus perseguidores, Teucro y Huesca, a falta de tres encuentros, por lo que un empate ante el Barakaldo dentro de nueve días en As Travesas sería suficiente para el Octavio. La otra nota positiva del encuentro fue la reaparición de Pavol Polakovic, completamente recuperado de sus molestias musculares.

No comenzó bien el choque el conjunto de Quique Domínguez, que se vio a los cinco minutos de partido tres goles abajo (1-4). Sin embargo, esto fue un espejismo ya que un parcial de 3-0 le permitió poner las tablas en el marcador. La igualdad a lo largo de la primera mitad sería la nota predominante, sin que ninguno de los dos equipos consiguiera despegarse. Los tantos de uno eran rápidamente respondidos por el otro. El Octavio no estaba fino ni en ataque en defensa, desperdiciando varias ocasiones claras, en especial Edu Moledo. El extremo falló tres goles cantados en el primer tiempo y tuvo que pasar por el banquillo para aclarar las ideas. En el tramo final de la primera parte, el Octavio pareció despertar, con Pablo Domínguez, que debutaba en As Travesas, poniendo por primera vez por delante a los vigueses desde el minuto 1, lo que permitió que el Pilotes Posada llegase uno arriba al descanso (18-17).

El paso por vestuarios le vino bien a los académicos, que salieron concienciados para romper el choque y lo consiguieron. La intensidad defensiva fue en aumento, impidiendo que el Villa de Aranda estuviese cómodo, fijando a su central Diego Camino, su mejor jugador, que había anotado seis goles antes del descanso.

De esta forma, el Octavio abrió una brecha en el marcador ya irreparable (26-19, min. 41), con cuatro goles de Moledo, que olvidó su mal inicio de partido y culminó los pases de sus compañeros a la perfección desde el costado derecho. El cuadro burgalés se salió del partido, consciente de que la gesta era ya imposible. El encuentro entró en un intercambio de goles, con el Octavio controlando a la perfección el ritmo y contando los minutos para que los colegiados pitasen el final del encuentro, al que se llegó con el resultado de 34-29, con la consiguiente ovación del público de As Travesas, que ya ve a su equipo peleando con los grandes del balonmano español, un ascenso que se debería certificar en nueve días. El Octavio Pilotes Posada ya tiene en la nevera enfriando el champán, a la espera de que los números confirmen el regreso de los académicos a la élite.