Malas noticias para Cerillo. Los médicos sospechan que tiene roto el ligamento cruzado de la rodilla derecha. Es lo que se percibe en la ecografía que le realizaron ayer, aunque la inflamación impide que el diagnóstico sea preciso. Hoy acudirá al traumatólogo con las pruebas bajo el brazo. En unos días se someterá a una resonancia que aclarará definitivamente la situación. Si se confirma la rotura, estará varios meses de baja. Su objetivo será entonces estar listo para reaparecer a comienzos de la próxima temporada.

El extremo se lesionó en el encuentro contra el Obearagón. La rodilla se le clavó al intentar robar un balón. Probó por si podía reincorporarse al partido pero la inestabilidad de la articulación se hizo evidente. El dolor fue intenso el domingo. Ayer por la mañana notó cierta mejoría. "Puedo apoyar un poco la pierna", relataba con esperanza. Como también ejerce de gerente en el Academia Octavio, tenía varias citas relacionadas con la organización de la Copa del Rey a las que pensaba acudir. "La verdad es que estoy un poco fastidiado por no poder disputar la Copa. Queda trabajo por hacer. La veré de otra forma", comentaba.

Su ausencia como jugador en el torneo ha pasado a segundo plano. Por la tarde, los resultados de la ecografía le nublaron el ánimo. El ligamento cruzado parece roto, con ligera afectación del menisco. Todo queda pendiente de la resonancia.

Es pronto para aventurar si la cirujía es imprescindible (depende de si la rotura es completa) y el consiguiente periodo de baja. Las roturas de cruzado suelen saldarse con seis meses de convalecencia, un tiempo que podría reducirse en función del grado. Es seguro que el Octavio pierde a su máximo goleador para lo que resta de campaña, con el ascenso casi hecho pero pendiente de completarse. Lo ideal será contar con él para cuando comience el siguiente ejercicio. Cerillo, aunque alicaído, muestra su coraje: "Trabajo, trabajo y trabajo. Es lo que me toca ahora".