El pabellón de Navia vivió ayer su primera fiesta a pesar de contar con escasos cuatro meses de vida. Las gradas del municipal vigués se tiñeron de rojo para arropar al Octavio Pilotes Posada en el encuentro más importante de la temporada. La afición respondió a la llamada del club y llenó Navia, convirtiéndose en el jugador número ocho de Quique Domínguez, el sostén en los momentos complicados que no cesó de animar y gritar durante todo el encuentro, creando un ambiente ensordecedor en la pista.

"Hay que agradecer el apoyo porque parece que no, pero cuando lo pasamos mal, si te empujan, te vienes arriba, da igual que estés cansado", comentó Fran González.

La tarde de ayer no estuvo exenta de polémica, la que protagonizó el marcador electrónico del pabellón, que a los diez minutos de partido dejó de marcar el tiempo, que pasó a ser anunciado por megafonía desde la mesa anotadora, algo que enfadó mucho al técnico del Huesca, José Francisco Nolasco.

"No es de recibo que no haya tiempo, condiciona muchísimo el juego. No me quejo. He perdido, he perdido bien. Pero este pabellón y esta ciudad no se merecen que haya pasado algo así. Podían haber comprobado si el tiempo funcionaba", decía al término del partido.

Su homólogo en el banquillo vigués, Quique Domínguez, tiró de ironía para tratar el tema: "Es que nos las sabemos todas, vamos a dejarlo ahí".

El presidente del Octavio pasó de puntillas sobre el tema, considerándolo la única pega del choque, sin apenas importancia. "Es el único achaque que tuvo el partido. Fue vibrante, emocionante. No tiene importancia. Así casi se le dio más realce el partido, qué se le va a hacer. Gajes del oficio", comentó Javier Rodríguez.

El traslado del decisivo encuentro a Navia fue uno de los temas de debate durante los días previos al encuentro. Los jugadores académicos hubiesen preferido jugar en su casa, en As Travesas, para lo que habría que haber cambiado el día del encuentro a hoy domingo, propuesta rechazada por el conjunto aragonés, un tema del que habló Cerillo a raíz de la ausencia del marcador. "Son cosas que pasan, les dimos la opción de jugar en As Travesas y no quisieron. Igual allí no hubiera pasado", terminó.

Pequeños detalles que no deslucen la gran fiesta vivida ayer por toda la familia académica, que ya ve más cerca el retorno a la Liga Asobal. De ahí la explosión de júbilo vivida al final del encuentro tanto en la pista como en las gradas de Navia.