La plantilla céltica cierra filas y defiende su actuación en el primer gol al Numancia, obtenido con el centrocampista soriano Dimas tendido sobre el césped. La versión común entre los jugadores es que ellos jamás tiran el balón fuera y advierten de tal cosa a los rivales. Controvertido careo con el técnico, Paco Herrera, que confesó que había pactado con Unzúe mantener la gentileza. "Una pequeña confusión", resume un futbolista.

Alex López reconoce que "le tocó la cara" a Dimas. Matiza que de forma fortuita y sin que la levedad del golpe explique la caída al césped del jugador. El balón, ya con Dimas tumbado, circuló y llegó hasta De Lucas, que asistió a David Rodríguez. De Lucas mostró su tajante postura: "Nadie me ha recriminado nada, no he visto la camilla ni que nadie fuese al hospital". Lo cierto es que varios jugadores adversarios le afearon la decisión.

Los técnicos ofrecieron su relato. Unzúe se considera "engañado". Afirma que el delegado del Celta le propone el acuerdo de tirar el balón fuera. Herrera lo confirma en parte. En Zorrilla, Mallo fue expulsado al recriminar a un pucelano que no tirase el balón fuera con Joan Tomas en el suelo. Desde entonces la política es asumir la posición del contrincante de turno. "Les digo que ellos hagan lo que piense el rival", indica Herrera. En esta ocasión les comunicó que el Numancia tiraría el balón. Fue poco antes de saltar al campo, con mucho ruido en el vestuario. "Quiero entender que alguien no me ha oído", concluye.

A partir de ahora, el Celta nunca detendrá el juego. Será una postura inamovible. Sin embargo, varios jugadores aseguran que esa en realidad era la rutina que tenían establecida desde hace tiempo. "Hasta que el árbitro pita el partido continúa. Es lo que hemos estado haciendo hasta ahora", asegura Vila. "Seguimos la rutina de siempre. Tampoco parece que (Dimas) tuviese mucho. El árbitro manda continuar, le hacemos caso".

David Rodríguez es de esa opinión: "Cuando yo remato un defensa viene detrás y Quique también ha tenido que regatear. No es verdad que su defensa se haya parado. No veo la polémica. Antes de los partidos siempre decimos que no vamos a tirar el balón fuera. Un jugador de ellos se cae al suelo, su defensa no se para y cuando marcamos ni siquiera lo tuvieron que atender".

La cortesía de otros tiempos está quedando en desuso. Cada vez son más los equipos que descartan la costumbre. David señala la causa: ""Hemos decidido que es el árbitro el que tiene que parar el partido. Es la manera de no crear ninguna polémica. Los futbolistas muchas veces somos los culpables de estas situaciones porque simulamos cosas que no son".