La cómoda victoria ante el Almoradí, sumada a la derrota del Obearagón Huesca en su feudo ante el Anaitasuna, ha colocado al Octavio Pilotes Posada como nuevo líder de la competición. El plácido marcador ante el colista, que apenas opuso resistencia, permitió a Quique Domínguez dar descanso a varios titulares del equipo, lo que provocó que los menos habituales disfrutaran de muchos minutos durante el encuentro, siendo el extremo Nando el máximo anotador del partido con ocho dianas. La mala noticia de la tarde fue para Edu Moledo, que sintió molestias en su tobillo durante el calentamiento y no pudo participar, al igual que el lituano Mikalauskas, reservado por sus problemas en los abductores durante esta semana.

El Pilotes, sabedor de que un buen comienzo minaría la moral del conjunto alicantino, salió apretando a su rival, consiguiendo en pocos minutos una ventaja de tres goles apoyándose en la buena actuación de su defensa y del extremo Cerillo, principal protagonista ofensivo en la primera mitad, al anotar cinco tantos.

El cancerbero argentino Lionel Maciel fue otro de los destacados del conjunto local, con meritorias paradas a los tiros lejanos que intentaban los visitantes, que no fueron capaces de cogerle el ritmo al partido en ningún momento, hecho que se reflejó en los más de nueve minutos que estuvieron sin perforar la meta local.

A los 20 minutos, el Pilotes ya vencía por siete tantos (10-3) y los suplentes tomaron el protagonismo de la contienda. Cerillo, que no volvería a salir, se fue al banquillo sustituido por Nando, que aprovechó la oportunidad para reivindicarse con varios goles de bella factura desde el extremo izquierdo. Así, el encuentro llegaba al descanso con el marcador de 18-6, tras tres goles consecutivos desde la frontal de Miros Barisic.

Tras la reanudación, la tónica del encuentro siguió siendo la misma aunque aderezada por la presencia de Diego Piñeiro y Gonzalo Carro, los dos jugadores juveniles convocados para el partido por Quique Domínguez, que demostraron su potencial con varias acciones de calidad.

Los dos extremos vigueses, Nando y Abramovich, continuaban siendo el mayor problema para el conjunto visitante, que tenía muchos problemas para tapar las llegadas de ambos. El Almoradí se sostenía gracias a los tantos de Harald Feutchman, su mejor hombre con seis goles.

La tranquilidad que daba la distancia en el marcador permitía a los de Quique Domínguez deleitarse en alguna jugada con algunas acciones de cara a la galería, premiando así al público presente en el polideportivo de Navia. La relajación en los locales la aprovecharon los alicantinos para maquillar un poco su bagaje anotador, con algunas contras concedidas por la baja intensidad de los académicos, que ya pensaban en el próximo duelo ante el Anaitasuna.

Al final, victoria clara del Pilotes Posada por 35 a 19 que le permite seguir manteniendo la racha de victorias como local y que le carga de moral para los próximos encuentros, donde se enfrentará a varios de los conjuntos de la zona alta de la clasificación.