Paco Herrera se lamentó ayer de que la mala suerte privase a su equipo de un triunfo que mereció y que perdió en el último minuto en una jugada desgraciada, con la contribución de la defensa. Sin eludir la autocrítica, como acostumbra, el preparador celeste admitió que el equipo acabó pagando la falta de jugadores específicos en algunas posiciones y reconoció que le faltó ambición en ataque para sentenciar antes el partido.

"El equipo ha hecho un gran trabajo," resumió Herrera antes de analizar con detalle el choque. "A pesar de que el Xerez dominaba no ha hecho una sola ocasión de gol y esto hace que mis jugadores estén un poco tocados", explicó.

El entrenador del Celta mira, con todo, hacia el futuro con optimismo. "El empate o lo que ha sucedido no es lo más importante. Yo lo doy más valor a que de los últimos cuatro partidos llevamos tres ganados y uno empatado", dijo.

Herrera confesó que en este último tramo de competición, tan exitoso en los resultados ,"nos está faltando un poco de fútbol" y el estilo de juego que su equipo trata de imponer "se nos está escapando un poco de las manos, quizás porque los rivales nos respetan mucho". El técnico elogió, sin embargo, pese a las bajas, el comportamiento de sus jugadores. "No se le puede negar al equipo, intensidad, ganas en la pelea y carácter. En esto se merece un diez", aseguró.

Paco Herrera opinó que la ausencia de Hugo Mallo y, en la segunda parte, de Roberto Lago fue perjudicial para el Celta. "Nos ha afectado en ataque el tema de los laterales. Víctor ha hecho un buen partido en defensa pero necesitamos que los laterales lleguen para completar el ataque", explicó. Y apuntó: "Con Dani hemos tenido el lado derecho pero no el izquierdo. Quizá la solución habría sido meter a Toni, pero primaba más detener su juego aéreo y por eso han entrado Túñez y Michu".

Herrera se mostró en general satisfecho con el rendimiento de los suplentes. "Tenemos que estar contentos porque las bajas las hemos resuelto, con otro estilo y otra idea, pero con solvencia", aseguró. Pero remachó: "Tenemos que estar contentos pero también ser más ambiciosos en algunas cosas".

El preparador barcelonés explicó que el empate cedido ayer en el último suspiro fue distinto a la derrota, también en el descuento, sufrida en Vallladolid. "Aquel partido me sirvió para aprender; este ha sido un jugada desgraciada: un centro que había que despejar y nada más. Nos han ganado metiendo el cuerpo y ahí los centrales tienen que ser rocas para que esto no pase", destacó Herrera, a quien no preocupan las victorias del Betis y el Rayo. "No me fijo en el Rayo, ni en el Betis, ni en los que van por detrás. Me preocupa corregir nuestros errores e incentivar nuestras virtudes. Lo demás vendrá por su propio pie", concluyó.