La cuesta es en Vigo perfil y ésencia de la ciudad. La cuesta se incorpora a sus ciudadanos, de cuerpo en pendiente, y es también la metáfora de su lucha por la supervivencia. La cuesta, tantas veces denostada, de sudores y agujetas, se convierte en patrimonio. Es lo que pretenden el Concello y Errepetrés, organizadores de la Subida ao Castro, cuya quinta edición se disputa este domingo (12.00). Del Náutico al Castillo de San Sebastián, en el Castro, a galope, trote o paseo, según se quiera, por "esas cuestas tan complicadas, pero de las que también nos sentimos orgullosos", indica Guillermo Janeiro.

Errepetrés, que Janeiro regenta, ha diseñado un recorrido que contempla el paso por Teófilo Llorente, el callejeo por el Caso Vello y de allí a la Porta do Sol, las escaleras de Segunda República, el Concello y el tramo final por las húmedas losas del Castro. El itinerario, sujeto al estado de las obras, puede experimentar pequeñas variaciones. Se espera que los que disputen la victoria completen el recorrido en 8 ó 9 minutos; para los relajados, de 15 a 20. La gran novedad de este año es la utilización de chips que facilitarán el cronometraje y clasificación.

La inscripción sigue abierta hasta hoy, de forma gratuita en el Centro Comercial Gran Vía. Ayer eran 250 los anotados, una cifra récord. "Lo importante es que la prueba se consolide y que algún día sean miles de vigueses los que participen", valora el concejal de Deportes, Xabier Alonso. "Es una carrera diferente, dura pero bonita, que cada uno puede hacer a su ritmo". El ritmo de las cuestas, que es el ritmo de Vigo.