Teucro 32

Martinovic, Mikel Unanue (4), Alberto Salgado (3), Tomislav Balic (2), Toño Fernández (9, 1p), Rafa Dasilva (7) y Dani Benaches (6) -equipo inicial-. También jugaron: Carlos Freijeiro, José Bozalongo (1) y José Antonio Calderón.

Pilotes Posada 31

Javi Díaz, Edu Moledo (5), Tautvydas Mikalauskas, Cerillo (6, 2p), Pablo Macías, Daniel Cerqueira (3) y Pavol Polakovic (5) -equipo inicial-. También jugaron: Leonel Maciel, Rubén Montávez (1), Pablo Cacheda (2), Miro Barisic (1), Fran González (5) y Víctor Frade (3).

Marcador cada cinco minutos: 4-1, 5-4, 9-8, 12-11, 13-14, 16-17 (descanso), 18-17, 20-20, 23-22, 26-27, 29-29 y 32-21. Árbitros: Sergio Francisco Gallardo Cabello y Francisco José Gallardo Cabello, del colegio andaluz. Excluyeron dos minutos a los jugadores del Octavio Pilotes Posada Daniel Cerqueira, Pavol Polakovic y Fran González. Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada de División de Honor Plata disputado en el Pabellón de Deportes de Pontevedra ante la presencia de unos 700 espectadores, entre ellos algunas decenas de aficionados vigueses.

El error de Cerillo en el lanzamiento de un penalti a 15 segundos del final y el acierto de Toño Fernández sobre la bocina resolvieron un derbi de infarto en el que se reencontraban Teucro y Pilotes Posada. Después de casi 20 meses sin coincidir en un partido oficial, los históricos rivales se medían en una categoría más abajo que la vez anterior y en una cancha que durante los últimos años se les atragantó a los rojillos. Lo mismo les volvió a ocurrir ayer, firmando su primera derrota de este año.

Solo esos trepidantes momentos próximos al bocinazo resolvieron un choque en el que la igualdad fue la protagonista de la mayor parte de los 60 minutos de juego. Solo el Teucro lograba en las primeras jugadas mantener una cierta hegemonía que quedó neutralizada tan pronto como los de Quique Domínguez se adaptaron al parqué de la ciudad del Lérez.

Los técnicos confiaban en sus pesos pesados para los equipos de inicio. Los jugadores de Modesto Augusto se sintieron más cómodos que nunca arropados por la mayor afluencia de espectadores de esta temporada y lograban un parcial de 4-1 en los primeros cinco minutos. Los anfitriones ya mostraban entonces que el juego defensivo sería nuevamente una de las bazas para hacer frente a rivales con plantillas más amplias como es el caso de la académica.

En un primer tiempo en el que ambos planteles aprovecharon para ir conociendo el potencial adversario, las distancias en el electrónico nunca se fueron más allá de dos goles de diferencia. Hasta poco después del primer cuarto de hora era el Teucro el que marchaba por delante, pero un par de despistes aprovechados por los "rojillos" daban la vuelta a la situación. Un gol de Cerillo les situaba con 13-15, su mayor renta. Demasiado escasa, pero suficiente como para que los visitantes se marchasen al vestuarios manteniéndose arriba (16-17).

Visto que ninguno de los contendientes era capaz de poner tierra de por medio, coincidieron a la hora de convertir el duelo en algo con más ritmo y tensión. Tras la reanudación, el enfrentamiento apenas tuvo que ver con lo visto hasta ese momento, salvo en lo que respecta a esa continua equidad.

Para fortuna de los intereses locales, el portero Ivan Martinovic empezó a hacer gala de uno de sus encuentros más destacados. Todo cuando la contención capitalina empezaba a perder efecto ante el desgaste al que obligaba un ataque vigués incansable. Y es que nada parecía ser capaz de detener el juego ofensivo del Pilotes. Incluso con dos jugadores excluidos, los de Domínguez encontraban opciones para mantener las tablas en el electrónico o incluso ir un gol por encima. Todo gracias a un reparto de la función goleadora, con Cerillo, Moledo, Fran González y Polakovic como principales goleadores.

En el lado opuesto, Toño Fernández empezó a asumir las responsabilidades anotadoras y de su precisión se explica que el Teucro llegase vivo al último minuto. Las caras de alegría y decepción se intercambiaron en cuestión de instantes. El penalti favorable a los vigueses significaba un triunfo casi seguro. Pero Cerillo lo falló y Toño cerró su decisiva tarde con un tanto que acerca a los pontevedreses a la zona de cabeza.