Falcón reclamó al fisioterapeuta, que lo atendió dentro del campo. Acababa de despejar con fuerza un balón. Recibió sus mimos, probó y dos minutos después aprovechaba un saque con la mano para mandar el balón fuera, tumbarse sobre el césped y pedir el cambio. El diagnóstico inmediato tranquiliza. Sufre una pequeña contractura en el aductor de la pierna izquierda. Mañana se le hará una ecografía para descartar que exista rotura. Si se confirma el pronóstico más leve, tendrá tiempo de sobra para recuperarse y participar en el encuentro contra el Recreativo de Huelva. "Eso se espera", comenta el departamento de prensa tras consultar con el cuerpo médico.

Yoel quiere que su compañero y rival por el puesto esté bien de salud. "Espero que Isma se recupere lo antes posible", desea el vigués, aunque a la vez se siente totalmente preparado para asumir la titularidad: "Para algo entrenamos todos los días. Nunca sabes cuándo te va a tocar".

Yoel entró en acción en un momento complicado, cuando el Granada parecía haberse apoderado del control del choque. "Fue un cambio en frío, cuando más cuesta", analiza el arquero. "Hay que estar ahí, aguantar". Él templó bien los nervios, intervino con seguridad en el primer centro lateral y a partir de entonces se aseguró una plácida recta final. Le ayudó la ovación con que lo recibió la afición: "Se agradecen estos gestos, que la grada esté contigo. Eso ayuda a que te metas en el encuentro".

Valora el empate ante "un equipo complicado, que venía a puntuar. Nosotros quisimos hacer las cosas lo mejor que pudimos. Hay que pensar ya en el próximo encuentro y en hacer bueno el punto".

Los discursos de Paco Herrera se asumen con rapidez en el vestuario. El técnico divide el calendario en tramos, cada uno con su complejidad. Va dibujando metas a medio plazo a su plantilla, como estímulo. "El mister ya dijo que empezaba un nuevo ciclo", informa Yoel. "Los equipos empiezan a apretar, a coger ritmo".