El Pilotes Posada solventó con nota uno de los exámenes más duros de la temporada, la visita a Pozoblanco, y de paso dio motivos para que se dispare el optimismo sobre el futuro del equipo de Quique Domínguez en la presente temporada. El conjunto académico se impuso en una de las canchas más complicadas de la categoría gracias a un gol de Cerillo a falta de cuatro segundos para el final después de que los vigueses resistiesen con gallardía en el tramo final a un arbitraje tendencioso, obsesionado con mantener como fuera a los cordobeses en el encuentro. No fue suficiente. El Pilotes encontró argumentos para liquidar al Pozoblanco y lograr la cuarta victoria consecutiva en la categoría, lo que le mantiene en lo alto de la clasificación y le permite abrir un pequeño hueco con alguno de sus rivales directos.

El partido tuvo la tensión que cabía esperar en un duelo entre dos de los grandes favoritos a estar el próximo año en la Asobal. La primera parte estuvo dominada por las defensas, con los dos equipos escasos de ideas en ataque. El Pozoblanco dominó el marcador casi todo el tiempo mientras el Pilotes era incapaz de darle al partido la velocidad que pretendía. Demasiadas impreciones, demasiadas pérdidas. Un 7-8 fue la única ventaja viguesa en esa primera mitad, antes de que el arbitraje comenzase a dar síntomas preocupantes con el exceso de siete metros señalados a favor de los andaluces y la tendencia preocupante a excluir jugadores vigueses. 11-9 al descanso.

Las cosas parecieron complicarse en el arranque del segundo tiempo porque el Pozoblanco se situó 15-12 a su favor. Pero el Pilotes empezó entonces a encontrar su mejor versión y también a sacar provecho de su profundidad de banquillo. Polakovic comenzó a encontrar portería, Pablo Cacheda –que jugó mucho más al ocupar el sitio del lesionado Montávez– volvió a demostrar sus enormes condiciones y a través de los extremos el Pilotes encontró petróleo como viene siendo habitual. La cuestión es que el Pilotes fue estrechando la diferencia mientras el Pozoblanco se secaba en ataque, unas veces por sus errores y otras por las paradas de Xavi Díaz, el indultado por la Federación.

Ventaja para el Pilotes

A falta de diez minutos el Pilotes se puso por delante (19-20) gracias a un gol de Fran González. Los de Domínguez eran unos aviones en ese momento. Cerillo, Moledo, Frade...el Pilotes encontraba argumentos en cualquier zona de la pista y el partido parecía estar decantado con el 20-23 a falta de poco menos de siete minutos para el final. Pero en ese momento entró en escena la pareja arbitral para orquestar la reacción de los cordobeses. Comenzaron a producirse decisiones "discutibles" siempre en contra de los intereses vigueses. Una exclusión de Cerqueira, otra de Macías, unos pasos de Fran González, una falta en ataque...La cuestión es que el conjunto andaluz se situó con empate a 23 con tres minutos y medio por jugar. El Pilotes consiguió situarse 24-26 con menos de un minuto por jugar gracias a la mano de Polakovic y de Ruesga. Marcó entonces el Pozoblando y los árbitros se inventaron una falta en ataque para que los cordobeses empatasen a falta de catorce segundos. Pero en el último ataque, tras aprovecharse de una acción alborotada en la que el Pozoblanco reclamó a su favor un fuera de banda, el Pilotes encontró la victoria en un pase a Cerillo que el extremo convirtió en gol a falta de sólo cuatro segundos. Acababa de caer una de las pistas más complicadas de la categoría pese al infame arbitraje. El Pilotes pasó su prueba de madurez, Cacheda se parece cada vez más a un hombre, el equipo vuela al frente de la clasificación.