El Pilotes Posada es un bloque sólido y solidario. Todos colaboran en un mismo objetivo que no es otro que el de alcanzar resultados. Ayer, en la cancha del Almoradí, el conjunto que dirige Quique Domínguez hizo gala de su juego colectivo y, como premio, sumó su segunda victoria consecutiva de la temporada.

Tras el buen arranque en As Travesas ante el Bidasoa Irún, el cuadro académico afrontaba su primer desplazamiento de la temporada a la cancha del Almoradí alicantino, que ocupaba un circunstancial farolillo rojo.

Con Barisic ya disponible al recibir el club el tránsfer del lateral derecho, Quique Domínguez se decidió a poner en práctica la versatilidad de su bloque, arriesgándose a dejar en Vigo a dos jugadores como Abramovich y Mikalauskas.

La apuesta le salió bien, sobre todo por el gran rendimiento de jugadores de Edu Moledo, autor de ocho goles, o de todo un hombre de la casa, Cerillo, que llegó a marcar diez tantos.

Pero los goles fueron ayer cosa de todos, que en mayor o menor medida aportaron su granito de arena para sacar adelante un partido que pareció ponerse cuesta arriba los últimos quince minutos de la primera mitad.

El conjunto académico, que había dominado el juego desde el incio, sufrió un bache que permitió al Almoradí recortar distancias hasta situarse a un gol de diferencia.

El paso por el vestuario sirvió al Pilotes para aclarar ideas y tranquilizar la situación. Así, un parcial de 1-8 a los diez minutos del segundo tiempo sirvió para volver a poner las cosas en su sitio. El Pilotes volvió a tomar las riendas y el partido ya no tuvo más historia.

Por su parte, el Frigoríficos del Morrazo se impuso por 29-27 al Adelma y el Tecro ganó al Pines Badajoz (33-30).