El sueño se le ha torcido a Rubén Herruzo. El administrador de "historiadoceltadevigo.net", propietario de la mejor colección privada de objetos célticos, fue una voz que se escuchaba en Praza de España. Varios desencuentros con directivos del club han estropeado la relación. La polémica puede suponer la supresión de su web. La Agrupación de Veteranos decide el lunes si corta su financiación. Herruzo ha lanzado un "SOS" y en su grupo de "facebook" ya se han anotado 2.400 adeptos.

Herruzo, a estas alturas, se considera "un historiador del Celta". Empezó a coleccionar objetos relacionados con el club de sus amores en 1994. Hoy dispone de un inmenso catálogo de bufandas, fotos, vídeos, pins, muñecos, camisetas, maquetas, entradas, periódicos...

Su fama fue trascendiendo. La anterior directora de marketing, Marian Mouriño, lo incluyó entre los aficionados con los que organizaba concursos de ideas para animar la vida celeste. Al despacho del director general, Antonio Chaves, empezó a acudir como miembro de Celtarras. Era por tratar asuntos entre el club y la peña, pero su entusiasmo le pareció útil al ejecutivo. Con Chaves se ha reunido "entre veinte y treinta veces".

A Herruzo se le pedían iniciativas. "Una lona en la fachada del estadio, con grandes figuras de la historia del Celta", le propuso a Marian Mouriño. "Ah, sí, algo parecido vi en el Reyno de Navarra", contestó la hija del presidente. Es como Herruzo describe aquella conversación. Chaves le solicitaría una lista de los célticos a incluir, que coincide en once de los dieciséis finalmente elegidos (él proponía a Maté, Alvarito o Nolete). También Chaves le animó: "Ya que sabes tanto del Celta, haz una propuesta sobre la equipación". Y Herruzo se aplicó en el tema. Su boceto incluía elementos que finalmente aparecen en la indumentaria confeccionada por Li Nin como la recuperación de las medias a franjas, el negro en la segunda equipación y el símbolo céltico del triskel.

Herruzo fue invitado a la presentación de las prendas en el transatlántico "Independence of the Seas" y allí comenzó a abrirse la grieta con la directiva. Herruzo preguntó por qué no aparecía en la parte posterior del cuello la bandera gallega, que él había incluido en su boceto. "Mientras yo pertenezca al club no habrá bandera alguna y menos gallega porque somos españoles", le contestó un consejero. Herruzo relató lo sucedido en su web. Al club le pareció mal que hiciese pública una conversación privada. "En eso les doy la razón. Cometí un error", acepta.

El divorcio definitivo se produjo con la instalación de la lona en Balaídos. Herruzo, igual que con la camiseta, había pedido que mencionasen su web. "Jamás dinero", aclara. El Celta se negó y emitió un comunicado en el que sostenía "con total rotundidad que la idea y el diseño tanto de la lona que cubre el frontal exterior de la grada de Tribuna como de las nuevas equipaciones han surgido de manera exclusiva en el seno del club". Sólo admitían haber consultado a diferentes estamentos, veteranos, jugadores, peñistas y aficionados, "a los que quiere agradecer sinceramente su colaboración".

Herruzo se enfadó. Pidió la dimisión de Chaves en su web, vinculada a la Agrupación de Jugadores. Este colectivo, que aporta la mitad del coste mensual, no desea verse implicado en la pelea. El lunes se sabrá si le cortan la financiación. "Para la Agrupación sólo tengo palabras de agradecimiento. No tienen nada que ver con esto", afirma.

Esta situación paraliza las negociaciones que mantenía desde hace tiempo para ceder al museo de la Fundación Celta su colección. A Herruzo le duele el trato recibido por la directiva. "En los detalles se ve la grandeza de un club". A la vez admite: "A veces me pierden las formas y los prontos. Soy algo bruto". En el fondo, le ilusionaba regentar el museo y poner en práctica un proyecto cultural que expandiera la fe céltica. El plan se derrumba, aunque surgen salvavidas. Le ofrecen una cervecería para exposiciones. En los foros le envían mensajes de apoyo. Herruzo conserva la esperanza.