Pasó el Pontevedra, contra todo y contra todos. Un gigante, Igor de Souza, se erigió por encima de la presión del Tartiere, de un Oviedo que luchó hasta la extenuación, de un arbitraje tendencioso, y con dos goles para la historia sellaba la clasificación de un Pontevedra que supo sobreponerse a todas las adversidades. Jugando con diez desde el final del primer periodo, con nueve en la última media hora, el equipo hizo un trabajo perfecto de contención en defensa, y con ese argumento irrefutable que se llama Igor. Un testarazo a la salida de un córner y una jugada personal digna de los cracks de Primera significaban los dos goles del Pontevedra y el pase a la siguiente ronda. Felicidad total.

La primera parte estuvo marcada por el excesivo respeto entre los dos conjuntos. El control del centro del campo era alterno, si bien las ocasiones más claras eran del Real Oviedo. Y tampoco lo fueron tanto, apenas algunos balones colgados sobre las áreas en una tónica de mucho orden y más aburrimiento.

La primera ocasión del encuentro fue de Busto, una vaselina floja que detuvo Orlando. A los ocho minutos, Manu Busto ponía a prueba al meta lerezano. A los trece minutos, primer intento del Pontevedra en un disparo lejano de Iban Espadas. A medida que pasaban los minutos, el Oviedo llevaba el ritmo pero sin claridad en los últimos metros y abusando del balón directo.

A los 45 minutos hubo una bronca frente al banquillo del Pontevedra, en una disputa entre Invernón y Padín. Protestas y tumulto, donde Amaro acababa siendo expulsado apenas por poner la mano sobre la cara de un adversario. Eso no era para una tarjeta roja.

En el segundo periodo, salió a por todas el Oviedo, forzando peligro en un lanzamiento de falta a los tres minutos de Manu Busto que se perdía a un metro del palo izquierdo de la meta lerezana. Pero la primera llegada a puerta de los granates fue letal. Igor recogía un balón suelto en el área asturiana cuando se cumplía el quinto minuto, y su peligroso disparo acababa en córner. Botado desde el costado izquierdo del ataque, el propio Igor remataba de cabeza en la frontal del área chica, con Aulestia a media salida. El balón se iba inapelable al fondo de las mallas, colocando un panorama perfecto después de la adversidad de la expulsión.

Con el marcador a favor, el Pontevedra de Pablo Alfaro supo administrar bien el marcador, sin perder el sitio en la zona defensiva, donde el refuerzo de Castaño permitía seguridad y sobriedad a la hora de frenar las intentonas asturianas, cada vez más marcadas por los nervios.

Pero en el minuto 16, una falta innecesaria de Orlando le costaba la segunda amarilla, dejando al equipo con nueve jugadores. Tocaba la heroica en esa media hora final. Pablo Alfaro reaccionaba veloz, dando entrada a Pedro Baquero por Iván Carril. La cuestión era no perder efectivos ni seriedad en la defensa. La falta de la roja, botada por Curro, fue sacada a córner por Orlando con una mano providencial. El arquero, segurísimo en todo momento.

Llegaron ahí los minutos de más acoso oviedista, con un remate de Pelayo rozando el poste en un saque de esquina. El balón no le duraba apenas a un Pontevedra dedicado a defender, con Orlando Quintana multiplicándose como en un disparo lejano pero peligroso de Rubén García.

No obstante, con el paso de los minutos, los ovetenses se iban perdiendo en nervios y precipitaciones. Los balones colgados sobre la caldera encontraban siempre a un Vázquez, un Castaño y un Pedro Baquero perfectos, serios, sin perder la colocación ni la compostura. Y en última instancia, el cancerbero Orlando era una garantía perfecta bajo palos. Ni siquiera el colegiado, inventándose faltas peligrosas al borde del área, podía contribuir a poner las cosas más complicadas, pero a falta de ocho minutos llegaba el tanto del empate. Perona controlaba en la frontal, su disparo rozaba en un defensa del Pontevedra y hacía imposible el esfuerzo de Quintana. Tangana tras el gol, posible agresión sobre Vázquez, y el ínclito colegiado que lo resuelve con tarjeta al central. Tremendo López Muñoz.

Pero en pleno acoso local, minuto 89, Igor de Souza recibía un balón aislado, controlaba en la frontal, dejaba sentados a dos adversarios y de zurda, sereno, por bajo, magistral, hacía el uno a dos. Un gol para un milagro, ya que el encuentro moría en ese momento. El Pontevedra pasaba a la siguiente ronda y a lo grande.

Goles: 0-1. Minuto 51. Igor de Souza. 1-1. Minuto 82. Perona. 1-2. Minuto 89. Igor de Souza. Árbitro: López Muñoz, de Aragón. Pésima actuación al perjudicar con todas sus decisiones al cuadro granate. Amonestó por los locales a Curro, por los visitantes a Iván Carril, Quintana, Vázquez, Gerardo y Orlando Gutiérrez, por dos ocasiones, por lo que fue expulsado en el minuto 61. Expulsó con roja directa a Santi Amaro, en el minuto 44. Incidencias: Partido de vuelta de la primera eliminatoria del play off de ascenso a Segunda División que se jugó en el Carlos Tartiere, ante 20.136 aficionados, unos 2.000 llegados desde Pontevedra.