El Celta lleva seis meses jugando con fuego. Y tras veintiséis jornadas de flirteo con el descenso, la probabilidad de sufrir quemaduras irreparables parece elevada porque el grupo de Eusebio ha ido aplazando indefinidamente su despegue clasificatorio desde que la Liga alzó el telón el último domingo del mes de agosto. Después de 26 jornadas de brega, apenas un gol separa hoy al Celta del abismo. Se libra de momento por mejor coeficiente general que el Albacete, al que debe visitar en un par de jornadas en la primera de las muchas finales que le esperan en un último tercio de competición que se adivina, una temporada más, dramático.

Los números cantan. Con el horizonte de la permanencia en 50 puntos, los celestes necesitan sumar 21, el equivalente a siete victorias, en los 16 partidos que restan para respirar tranquilo. No parece un objetivo fácil para un equipo que, pese al alegre trato que dispensa al balón, no ha logrado resolver ninguno de los problemas que le han acompañado desde principio de temporada: ausencia de gol, pobre rendimiento en casa y falta de continuidad en el rendimiento.

El conjunto vigués comparte con el Huesca la condición de equipo menos goleador del torneo, con 21 tantos, se mantiene como uno de los peores anfitriones de Segunda División y tan sólo en una ocasión ha sido capaz de enlazar dos victorias, frente al Girona y al Elche, curiosamente con el despido del técnico, a quien el club está decidido a renovar, en juego.

Medidas ineficaces

Las medidas tomadas por la dirección deportiva en el mercado invernal para acabar con frágil pegada del equipo no han surtido, al menos de momento, el efecto perseguido. A Cellerino, que lleva un mes ganando tono físico, casi no se le ha visto y Papadopoulos continúa en blanco tras 253 minutos sobre el césped y tres partidos consecutivos como titular. Claro que tanto el artillero griego como el punta argentino tienen un amplio margen para superar los números de Arthuro, el fichaje estelar del verano, que en enero abandonó el club por la puerta trasera sin haber marcado un solo gol.

Lo cierto es que las mejores bazas goleadoras del Celta estaban ya en nómina o proceden de la cantera. Trashorras (cuatro goles en Liga y otros tantos en Copa), el infortunado Joselu (cuatro tantos y cinco balones a la madera) y Aspas (tres dianas) son los que han proporcionado las mejores noticias en este apartado. De los fichajes apenas Botelho y Catalá, con un tanto cada uno, se han estrenado.

La reciente victoria frente al Córdoba ha permitido al Celta maquillar levemente sus imperdonables números en Balaídos. Los celestes, al menos, no son ya los peores del campeonato en casa. Les supera el colista, Castellón, e igualan con el Cádiz. Triste consuelo. No obstante, tienen una buena oportunidad para mejorar en este apartado el próximo sábado ante el Recreativo de Huelva.

Un simple vistazo a la trayectoria del Celta basta para comprobar las dificultades que atenazan al cuadro celeste este curso. Los datos son concluyentes. El conjunto vigués nunca ha logrado distanciarse en más de cuatro puntos del abismo. Lo logró en diciembre pasado (jornada 19) tras ganar consecutivamente al Girona y al Elche, pero no ha logrado darle luego continuidad.

En cambio, el equipo de Eusebio ha estado en puestos de descenso en 10 de las 26 jornadas que se llevan disputadas y ha igualado a puntos a los cuatro últimos de la tabla otras cinco. En total 15 jornadas en precario. Durante cinco más ha tenido a un punto la frontera del abismo y dos puntos le han separado del furgón de cola durante dos jornadas. En otras tres, la diferencia ha sido de tres puntos. Con semejantes precedentes, nada invitar a pensar en un final de temporada plácido.

La competición entra en su tramo decisivo al tiempo que la clasificación se comprime en la zona baja. La reacción es urgente y obligada, especialmente si se considera que la mayoría de los rivales que le esperan al conjunto vigués en el último tercio del torneo son de su misma guerra. De momento, en las próximas dos jornadas recibe al Recreativo de Huelva y visita en el Carlos Belmonte al Albacete.