El Celta vive tiempos de secano. Despojado del brillo de la Copa, el grupo de Eusebio sobrevive a duras penas en la Liga, que muestra su peor cara en un momento crítico, el inicio de la segunda vuelta, en la acostumbran a definirse los objetivos. Los celestes acumulan -con la excepción del autogol de Corona en Huesca- cinco jornadas consecutivas sin ver puerta, 503 minutos sin marcar que constituyen la peor sequía goleadora de la historia del club. A tan desoladora cifra sólo se acercó el equipo vigués, en la campaña 1990-1991, también en Segunda División, con racha de cinco jornadas sin marcar (496 minutos) que desembocó en la destitución de José María Maguregui.

La pasada campaña, bajo la batuta de Pepe Murcia, el cuadro celeste tardó cinco jornadas en estrenar su casillero, que abrió el argelino Kamel Ghilas después de 370 minutos de juego. En Primera División, mientras, sólo existe un precedente de cinco jornadas de sequía (curiosamente también 496 minutos), en la temporada 1994-1995.

El último del Celta en Liga se lo hizo Joselu al Nástic el pasado 10 de enero. Desde entonces han pasado 503 minutos, interrumpidos apenas por el autogol de Corona en El Alcoraz siete días después. Y no es el único mal registro que presentan los de Eusebio, que son también los peores anfitriones del torneo con sólo 11 puntos en Balaídos y rivalizan con el Huesca y el Real Unión de Irún (ambos con 19 tantos) como los menos eficientes de Segunda División ante el marco contrario.

Siete puntos menos

El actual Celta tampoco resiste la comparación con el que tantos problemas tuvo para mantener la categoría el pasado curso. A estas alturas de competición, el equipo que entonces dirigía Pepe Murcia sumaba 33 puntos, siete más de los que cuenta ahora el de Eusebio, y tenía a 9 puntos (por 2 ahora) la zona de descenso.

Pero al margen del relativo valor de la estadística, resulta significativo el hecho de que buena parte de los males que han acompañado al conjunto vigués (escasa pegada, incompetencia en su feudo) se han visto acentuados por otro problema, la pobreza de ideas en el último cuarto de cancha, que estaba ya latente y la brillantez de la participación copera ha difuminado. El equipo apenas genera en los últimos tiempos ocasiones de gol en la Liga y nunca ha ganado un partido con verdadera holgura en una temporada en la que el entrenador (al que el club quiere renovar ahora a toda costa) ha estado no hace mucho al borde del despido.

La eficacia de las medidas adoptadas en el mercado de invierno para acabar con los problemas de pegada del equipo están por comprobarse. Papadopoulos ha jugado apenas un par de partidos y, aunque apunta maneras, servirá de poco si el equipo no genera más peligro; Cellerino, con evidente déficit físico, es por ahora una incógnita.

De momento, el más eficaz en la faceta anotadora es Toni (2 tantos), con un gol cada 274 minutos. Le sigue Trashorras (4), con uno cada 365, Joselu (3), cada 434 y Aspas (3), cada 528. Michu, Abalo, Jordi, Catalá, Roberto Lago y Saulo suman un tanto cada uno y Coronas, del Huesca, otro en propia meta.