El Celta fue mejor que el colíder hasta que el árbitro expulsó a Aspas a un minuto del descanso por dos decisiones equivocadas. Bernabé García se cargó la fiesta de fútbol que estaba viviendo ayer Balaídos. La actuación del colegiado impidió que el Celta mantuviese una trayectoria inmaculada que duraba desde el 28 de noviembre.

Males arbitrales

En contadas ocasiones, los árbitros pasan desapercibidos en Segunda. Las ganas de alcanzar notoriedad y estar en la máxima categoría les conducen al ridículo, como ayer le ocurrió al murciano Bernabé García. En un partido sin malos modos ni patadas, puso la nota discordante para cargarse el espectáculo del que disfrutaba Balaídos. Tardó tres minutos en expulsar a Iago Aspas. Se excedió en mostrarle la primera tarjeta amarilla por una falta sin consecuencias. Instantes después, dejó al Celta con diez porque el moañés ejecutó una falta sin permiso.

Dinámica rota

Ahí se acabaron las esperanzas del Celta de continuar su racha inmaculada: no perdía desde el descalabro en Cádiz, encadenando siete partidos invicto, incluidos los de Copa ante el Villarreal. Al equipo de Eusebio se le escapó una buena oportunidad para cerrar la tarde en la décima posición, después de la derrota en casa del Las Palmas.

Expectación en Balaídos

Las dos últimas victorias celestes y la visita de la Real Sociedad llevaron a Balaídos más público de lo habitual en las últimas temporadas, salvo alguna excepción. Se superó la barrera de los diez mil (11.053) espectadores. Pero lo importante fue la sintonía que se apreció entre la grada y el equipo. Como apuntaba la víspera el técnico de la Real, Martín Lasarse, este Celta está enganchado al cordón umbilical del Barcelona de Cruyff, Guardiola y Eusebio. El paisano de Mario Benedetti dio con la clave de la propuesta futbolística de este Celta. Como prueba, en el minuto 80, y con el gol de Nsue en contra, Balaídos seguía aplaudiendo y animando al equipo, al que despidió puesto en pie y con sonora ovación.

Único premio

Fue el único premio para un equipo que mantuvo el trabajo y la tensión que le llevaron a la victoria en Tarragona y en Villarreal y le sacaran del pozo en poco tiempo.