El defensa central del Celta David Catalá celebró ayer la decisión del Comité de Apelación de dejar en suspenso su sanción de cuatro partidos por su (no) participación en los incidentes del túnel de vestuarios de Balaídos tras el partido de Liga ante el Albacete el pasado 10 de octubre.

El jugador defendió de nuevo su inocencia, denunció que se ha visto dañada su imagen y expresó su convicción en que el comité resolverá a su favor una vez que examine todas las pruebas. “Tengo la cautelar y es una buena señal. Espero que el tema se resuelva cuanto antes. Prefiero aparcar ya este tema y centrarme sólo en lo deportivo”, indicó ayer el zaguero, que añadió: “Aunque me hubiesen puesto un partido sería injusto. Espero que recapaciten, vean las pruebas y me quiten la sanción porque se ha manchado la imagen de un jugador que no ha hecho nada. Porque yo no tuve nada que ver”.

Catalá espera que el fallo definitivo no se demore demasiado y, entretanto, prefiere centrarse en cuestiones puramente deportivas, como el choque del domingo ante el Rayo Vallecano, que el barcelonés considera “muy importante porque necesitamos sumar los tres puntos y enganchar a nuestra afición”.

El defensa central celeste advirtió que el Celta debe mejorar su rendimiento defensivo para conseguir la primera victoria de la temporada en e Balaídos. “Hay que mentalizarse de conseguir quedar con la puerta a cero porque logrando eso ya tendremos mucho ganado. El Rayo es sin duda una de las mejores plantillas de la categoría, pero si hacemos nuestro trabajo podemos ganar”, concluyó.

Torrecilla siguió con interés el entrenamiento en A Madroa

La anécdota de la jornada en A Madroa la protagonizó el director deportivo del Celta, Miguel Torrecilla, que ayer se acercó a las instalaciones de la ciudad deportiva celeste para seguir con gran interés el entrenamiento del conjunto vigués y charlar, al término de la sesión, con el técnico, Eusebio Sacristán, y los jugadores, de los que espera consigan mañana, frente al Rayo Vallecano, el primer triunfo de la temporada en el estadio de Balaídos.

La sesión preparatoria fue más bien suave, como suele acontecer dos días antes del partido. No obstante, los célticos aprovecharon el tramo final del entrenamiento para ensayar jugadas de ataque, fundamentalmente centros y remates a portería.