Carlos Mouriño se siente más respaldado que nunca por los accionistas del Celta. El presidente del Celta calcula que en la asamblea general del club, prevista para diciembre, contará con el apoyo de alrededor del 60 por ciento del accionariado, ya que al 38% actual le añade una gran parte de los acreedores que han transformado su deuda en acciones. Entre ellos incluye a Caixanova, que ha decidido capitalizar 5,5 millones de euros, que convierten a la entidad crediticia en el segundo mayor accionista. "Nosotros salimos muy reforzados como consejeros por la seriedad que le hemos dado a todo el proceso. Creo que eso le dio muchísima seguridad a quienes han comprado acciones", dijo Mouriño.

El dirigente céltico quiso dejar claro ayer que no le preocupa el frente de oposición que pueda formar el grupo de futbolistas que ha reunido 3,6 millones de euros de deuda en acciones. Es más, dudó de que deseen ayudar al Celta cuando también plantean denunciar la "operación acordeón" a la que pretende acogerse el consejo de administración como medida de choque para evitar que el club entre en un proceso de disolución una vez que se formalice el incremento del capital social. Ahora es de 9 millones de euros y con esta ampliación se va a unos 23 millones. La nueva legislación obliga a las entidades a que los fondos propios representen las tres cuartas partes de su capital.

"No sé cómo se puede pretender ayudar diciendo que van a meter una demanda contra el Celta en el momento que entren en el club. Me produce dudas de si vienen a ayudar o no. Fuera de eso no nos preocupa. Creo que lo pueden hacer bien si es que llegan a tener un consejero", dijo al referirse al colectivo de jugadores que representa el abogado Pablo Viana. Que tengan derecho a un consejero lo puso en cuestión Mouriño, al advertir que la legislación permite retrasar hasta dos años el plazo para modificar el organismo rector de una sociedad, salvo que se produzcan vacantes.

Denunció que se diga ahora que jugadores como Placente o Contreras "puedan venir a salvar al club cuando fueron muy culpables de que hubiésemos bajado a Segunda División".

Negó que él hubiese adquirido las acciones de Caixanova –"si no estarían a nombre de Carlos Mouriño", replicó–, y aseguró que no ampliará su participación accionarial más allá de los 2,9 millones ya anunciados, mientras que los 4 millones restantes (aportados tras el proceso concursal) los mantendrá como pendientes de cobro. "Puedo garantizar que no voy a meter en la ampliación lo que me debe el club en este momento para perjudicar a alguien o tener más acciones. Esa deuda que el club tiene conmigo seguirá figurando en el balance como deuda".

Aseguró desconocer que haya más interesados en comprar acciones o que Caixanova pretenda nombrar consejeros.