El Sevilla derrotó ayer por 3-1 al Stuttgart en un partido en el que pasó, casi sin solución de continuidad, del sufrimiento a la fiesta de goles. En los primeros veinte minutos del partido nadie, en su sano juicio, se hubiera atrevido a pronosticar que el Sevilla terminaría goleando.

El Sevilla abrió el marcador con el primer disparo a puerta tras pasar por una fase en la que tuvo que sufrir mucho ante un Stuttgart que le había impuesto su sello al partido, llegando mucho por las dos bandas y guiado por un Hleb que gozaba de demasiadas libertades.

El Sevilla, en el comienzo del segundo tiempo, empezó a mostrar un dominio que no había tenido en la primera mitad. El segundo gol llegó por intermedio de Jesús Navas. Luego, el Stuttgart se lanzó a atacar con cierta desesperación. Apareció otra vez Squilacci con otro gol de cabeza tras un lanzamiento de falta con lo que el partido quedaba sentenciado.

Sin embargo, el Stuttgart alcanzó a soñar con una segunda vida. Un gol de falta de brasileño Elson fue el comienzo de una reacción ofensiva final.

La imagen final de los siguientes minutos tuvo mucho que ver con un Stuttgart volcado al ataque y un Sevilla metido en el área donde no daba prácticamente espacios. Al final la victoria, que prácticamente le da la clasificación al Sevilla, puede verse como justa debido al oficio y la efectividad que mostró el equipo andaluz.