Nadie lo ha hecho peor que el Celta ante su público. El equipo vigués es el peor club de Segunda División A en puntos sumados en su estadio. Un problema que tiene preocupado al club y a la plantilla, como reconoció el técnico Eusebio Sacristán nada más finalizar el choque de Cartagena. El vallisoletano calificó de "asignatura pendiente" el flojo rendimiento que sus jugadores están ofreciendo en casa, ya que lastra la trayectoria del equipo y le impide escapar de los puestos de descenso.

De las cuatro jornadas que el Celta ha disputado ante su afición en lo que va de campeonato, en dos ha perdido (Numancia y Hércules) y en otras tantas ha empatado (Levante y Albacete). Por todo ello, ha sumado dos puntos de doce posibles: un balance tan pobre que le sitúa en la última posición de la clasificación de la categoría de plata correspondiente a los resultados obtenidos en casa.

No hay una explicación unánime respecto a los motivos que impiden al Celta festejar victorias en Balaídos. En el vestuario se ha extendido el argumento de la dificultad que entrañan unos rivales que generalmente acuden a Vigo con la idea de encerrarse atrás a la espera de un error de los célticos para montar rápidos contraataques.

Esta práctica es general entre los clubes de la categoría y no solamente la aplican ante el Celta, por lo que los motivos también hay que buscarlos en el comportamiento del conjunto vigués. La falta de pegada es una de las rémoras que vienen acusando sus sucesivas plantillas desde el descenso.

La temporada pasada la cerró con 46 goles en cuarenta y dos jornadas, diez menos que en la campaña anterior. Ese bajo rendimiento en ataque ha ido acompañado de pésimas actuaciones de la defensa, que han convertido al Celta en un equipo muy vulnerable en su feudo.

Estos malos resultados deportivos han ido acrecentando un estado de miedo y ansiedad en los diferentes planteles. A los jugadores les pesa la responsabilidad cuando saltan al césped de Balaídos, cuyas gradas han ido vaciando a medida que empeoraban los resultados.

Esta cadena de circunstancias ha desembocado en una situación peligrosa, pues el equipo de Eusebio Sacristán todavía no conoce la victoria en casa en lo que va de competición.

Es verdad que de los cuatro equipos que ha recibido hasta el momento el Celta, tres son de los que mejor rendimiento obtienen fuera de casa. El Numancia, que ganó 1-2 en Balaídos en la jornada inaugural del curso, ocupa el cuarto lugar de esta clasificación al sumar un total de siete puntos. La tabla la lidera el sorprendente Cartagena, como ocurre en la tabla general de la competición, con ocho puntos.

Otro de los equipos que sacó una buena renta de su última visita a Vigo es el Hércules, que sólo necesitó el tanto de Paz para sumar tres de los cinco puntos que ganó lejos del estadio Rico Pérez. Con los mismos puntos se sitúa el Levante, que logró uno de ellos ante los celestes. Idéntica tajada (1-1) le correspondió al Albacete, último visitante al coliseo vigués por el momento, después de que los de Eusebio Sacristán se adelantasen en el marcador.

Todo ello le ha valido al Celta un nefasto último puesto en la clasificación parcial correspondiente a los partidos disputados en casa, con dos puntos sumados en cuatro encuentros. Le siguen en sentido ascendente el Huesca y el Murcia, con tres cada uno, mientras que a continuación se sitúa un numeroso grupo de seis clubes con cuatro puntos cada uno (Castellón, Girona, Real Unión, Albacete, Cádiz y Nástic).

El Hércules y el Córdoba se llevan la palma de rentabilidad cuando juegan ante sus aficionados. Los alicantinos y los cordobeses han sumado 10 puntos de los 12 posibles. Le sigue en este apartado el Recreativo de Huelva, con 9.

Se da la circunstancia de que el cuadro onubense sería el primer clasificado si no hubiese fallado ante el Celta (1-2)

Y es fuera de casa donde el club vigués ofrece un mayor rendimiento, que le salva de una posición peor que la decimonovena que ocupa actualmente en la clasificación general.

De los cuatro desplazamientos que ha realizado, la escuadra de Eusebio sólo ha perdido en Córdoba (1-0). En el resto ha obtenido al menos un punto. A los tres ya mencionados en el Nuevo Colombino onubense, hay que sumarle los de las igualadas en Salamanca y el sábado pasado en Cartagena.

Los charros suman siete puntos ante su público, mientras que los cartageneros alcanzaron ya los ocho, con los que se auparon al primer puesto de la clasificación general, de la que el Celta se aleja por comportarse como último de la fila cuando se trata de jugar en Balaídos.