El italiano Marco Simoncelli (Gilera) se adjudicó la victoria con autoridad en el Gran Premio de Australia de 250 c.c. que se disputó en el circuito de Phillip Island y que concluyó antes de tiempo.

La dirección de carrera decidió mostrar bandera roja en el transcurso de la decimonovena vuelta al sufrir una caída el italiano Roberto Locatelli (Gilera) que lo dejó tendido en medio de la pista sin la posibilidad de ser atendido por las asistencias del circuito.

Al ser parada la prueba del cuarto de litro la vuelta válida fue la anterior completa de todos los pilotos, es decir, la decimoctava, lo que aún benefició en mayor medida al italiano Simoncelli, ya que el español Álvaro Bautista se había caído en ese giro y el japonés Hiroshi Aoyama (Honda), líder del mundial, era séptimo en ese momento en cola de un grupo al que luego superó.

De esta forma, Marco Simoncelli, que dominó la prueba desde la primera hasta la última vuelta pasa a ocupar la segunda plaza en la clasificación provisional del campeonato a escasamente doce puntos de Hiroshi Aoyama, mientras que Bautista se ve relegado a la tercera posición a 29 puntos del líder.

El más rápido en el momento de la salida fue el español Álex Debón (Aprilia), pero un error antes de concluir la primera vuelta le hizo salirse a toda velocidad de la pista y, tras controlar su moto, regresar en la última posición de entre todos los participantes en la carrera.

Así, Marco Simoncelli, que había salido muy bien, se encontró con el liderato de la carrera y comenzó a marcar un fuerte ritmo para intentar hacer una selección definitiva, mientras que Álvaro Bautista (Aprilia), quien una vez más había salido mal, se esforzaba por recuperar el terreno perdido cuanto antes.

Bautista logra enlazar

Undécimo en el momento de la salida, el piloto toledano de Talavera de la Reina consiguió enlazar con el grupo de cabeza en el transcurso de la sexta vuelta, en la que Simoncelli mandaba al frente de la carrera y tras el rebufo de su Gilera se encontraban Héctor Barberá (Aprilia), quien al final logró una meritoria segunda posición, el italiano Raffaele de Rosa (Honda), autor del mejor tiempo de entrenamientos, y un sorprendente francés, Jules Cluzel.

El ritmo impuesto por el campeón del mundo en título fue demasiado para Cluzel, que acabó pagando su osadía con una caída en la última vuelta de carrera intentando no ser superado por los perseguidores del trío de cabeza, pero antes se había producido no pocos hechos significativos.

Simoncelli fue en todo momento un sólido líder de la carrera de 250 c.c. que no se dejó atosigar por nadie y, al final, por paradojas de la competición, fue la caída de su propio compañero de escudería, Roberto Locatelli, la que le entregó de forma anticipada su sexta victoria de la temporada y las opciones casi intactas de aspirar nuevamente al título mundial.

Tras él en el podio se coloco Héctor Barberá, merecedor de esa clasificación tras el fuerte golpe que se propinó en entrenamientos y que le obligó a reservarse al máximo posible para el momento de la carrera. El esfuerzo mereció la pena y ahora es cuarto a escasamente tres puntos del tercer clasificado, Álvaro Bautista.

Autor del mejor tiempo de entrenamientos tras la estela de Simoncelli, su compatriota Raffael de Rosa supo aguantar tras el campeón del mundo y el español para firmar su mejor resultado de toda la temporada y, lo que aún es mejor, sobre el podio.

Álvaro Bautista perdió en Phillip Island muchas de sus opciones de aspirar al título mundial.

Su caída, aunque regresó a la pista en cuanto pudo, le relegó a la décima plaza y ello unido a la séptima posición del japonés Hiroshi Aoyama devuelve al campeonato de 250 c.c. un interés inusitado en las dos últimas pruebas que faltan por disputarse.

Mención especial se merece la clasificación de Héctor Faubel (Honda), quien acabó octavo, por delante de Bautista, mientras que Álex Debón fue decimocuarto y Áxel Pons (Aprilia) no pudo terminar por problemas mecánicos en su moto.