Agua a borbotones en Interlagos y pilotos refugiados en los garajes. Fue la imagen de ayer en Brasil, donde necesitaron casi tres horas para resolver la sesión clasificatoria más larga en años. El paddock medio inundado, charcos en el pit lane y ríos en la pista. Con ese panorama, Barrichello se las arregla para dejar abierto el grifo del Mundial y hacer que Button empiece a desconfiar. Atenazado, sólo se colocó decimocuarto en el repartos de posiciones para hoy (18 horas, La Sexta). Lucha cuerpo a cuerpo en el seno de Brawn GP, el equipo que empezó con el coche en blanco, sin patrocinadores, y que tiene casi todas las papeletas para acabar campeón. Sólo unas pocas quedan aún en manos de Vettel, retrasado hasta la decimosexta casilla del orden de salida.

Button correrá con la calculadora, pero muy apurado para llegar a los puntos. Le vale sumar cuatro menos que Barrichello para ser campeón, pero el problema es que su compañero se ha ido muy arriba, es candidato a la victoria y él está demasiado rezagado.

La "torcida", empapada hasta los huesos, compensó el sufrimiento vibrando con la pole del piloto de casa. Sin Massa y sin Piquet, Barrichello es el único brasileño que queda en el campeonato. La pole da alas para crecerse en el papel de aspirante a un hombre que necesitó dieciséis carreras para encabezar por primera vez el pelotón en la salida. Es la decimocuarta pole a la que se engancha Barrichello, 86 grandes premios después de la última, cuando todavía era un hombre de Ferrari.

Lejos de la zona noble vivió todo el día Fernando Alonso. Hace muchas semanas que Renault no evoluciona el R29, un coche incapaz de pelear con los de arriba. El asturiano luchó a muerte con Vettel para pasar el primer corte, superó el segundo como noveno y vivió una Q3 anodina, como tantas esta temporada, que sólo le deja el consuelo de haber sido el último entre los mejores. Nakajima, noveno, le colocó ocho décimas al asturiano. Un mundo. Webber, Sutil y Trulli completan las dos primeras líneas, otra vez un Force India colado en los puestos de honor.

La primera ronda (Q1) tuvo que neutralizarse cuatro minutos después de empezar y cuando únicamente siete pilotos había conseguido marcar algún tiempo. La sesión se paró después de que el italiano Giancarlo Fisichella dejará cruzado su Ferrari en la pista al perder el control por culpa del mal estado del asfalto.

Al reanudarse la sesión las condiciones de la pista seguían siendo malas, algo que pudieron comprobar Vettel y los dos pilotos de McLaren, el finlandés Heikki Kovalainen y el británico Lewis Hamilton, que naufragaron al primer intento.

La segunda ronda también tuvo que postergarse, esta vez durante cerca de una hora y media. La lluvia no cesaba de caer sobre Sao Paulo. Y cuando se reanudó la lucha, en una pista en la que incluso costaba controlar el coche en línea recta, esta vez el damnificado fue Button, que no pudo mejorar sus tiempos al no haber optado por montar neumáticos intermedios, mientras que Barrichello consiguió pasar no sin apuros. Allí también se quedó anclado Jaime Alguersuari, aunque su papel fue decente.