Raúl González asumió el liderazgo del Real Madrid, sin Cristiano Ronaldo ni Kaká, para tumbar con una exhibición en el remate a un luchador Real Valladolid (4-2), y hacer olvidar al madridismo el tropiezo de Sevilla, en una tarde en la que se reivindicó la clase media encabezada por Marcelo y Granero.

Raúl González aún tiene cuerda para rato. A sus 32 años va coleccionando nuevos registros con su hambre de éxito intacta. Superados los 300 goles de Alfredo Di Stéfano o los 710 partidos de Manolo Sanchís (ayer jugó el 711), la leyenda del madridismo siempre tiene retos renovados en su horizonte.

Recibía el Real Madrid al Valladolid con dos semanas de larga digestión de su primera derrota de la temporada. Acostumbrado a ganar en una nueva etapa, el encuentro de Sevilla dejó algún herido en el camino. El primero Manuel Pellegrini que hoy rotó con acierto. Alineó al equipo más fresco en semanas de encuentros internacionales.

No acusó el Real Madrid el virus FIFA. Con Kaká e Higuaín, los más cansados tras largos viajes en el banquillo, y la oportunidad de pedir hueco para Van der Vaart o de quitarse una espina para Marcelo y Granero. El brasileño atacado con dureza por su mal partido en Sevilla. El canterano, castigado por Pellegrini por irse del campo un minuto antes del final en un encuentro en el que fue sustituido en el descanso.

Dirigido con precisión por Xabi Alonso el Real Madrid mejoró en la primera parte sin sus dos "galácticos". Cosas del fútbol. Mostró un juego ofensivo, veloz. Tocó con rapidez. Y desbordó por banda. Algo novedoso en el dibujo de Pellegrini, que debe pensar que Sergio Ramos y Marcelo fueron dos puñales porque tuvieron coberturas. Dos jugadores como Van der Vaart y Granero que echaron una mano. No ocurrió lo mismo en el Sánchez Pizjuán con Guti ni Kaká.

Apareció Raúl para hacer dos goles y poner por delante al Madrid que siempre tuvo el control del partido hasta que un par de errores defensivos le permitieron al Valladolid soñar con un milagro que no se produciría porque Higuaín salió al campo y acabó con el encuentro.