El Ciudad de Vigo Básquet ha aterrizado en la LEB Oro el año en que se emplea a esta competición como banco de pruebas de las nuevas dimensiones, que la FIBA implantará de forma general tras esta campaña de transición. Las variaciones básicas afectan a la zona, ahora rectangular, y especialmente a la línea triple, que se aleja medio metro (de 6,25 a 6,75). El técnico de la escuadra viguesa, Manolo Povea, pide tiempo para establecer conclusiones acerca de la influencia de estos cambios sobre el juego. Los primeros partidos, con todo, ya le ofrecen algunas pistas. El efecto principal: la revalorización del tirador puro.

"Lo de la zona afecta menos. No hay una gran variación y tampoco hemos percibido que se señalen más ´tres segundos´. La diferencia está en que el jugador toma normalmente como referencia las líneas del campo y también los entrenadores para muchos ejercicios, movimientos y situaciones. La línea de tres puntos se ha venido mucho más atrás. De forma intuitiva, los jugadores se mueven hasta ella olvidando si está más cerca o más lejos. Eso supone que en algunos tiros, sobre todo rápidos, el jugador se acuerde que la línea se ha retrasado cuando va a lanzar", indica el andaluz, que asume la transformación con serenidad: "La adaptación es muy natural y no creo que vaya a ser traumática. No percibo cambios sustanciales en la mentalidad del jugador. Sí que es cierto que los porcentajes bajan. Mientras más bajo sea el nivel del tirador, más se notará la diferencia".

La implantación de la línea triple a nivel europeo en 1984 elevó la cotización del especialista exterior. Pero los años habían ido vulgarizando su arte. "Casi cualquiera podía meter un triple. Los 6,25 parecían suficientemente cerca para que un número alto de jugadores con mayor o menor talento pudiese anotar. Entiendo que alguien pueda pensar que tres puntos es un premio suficientemente importante para que no esté al alcance de casi todos. Se añade una dificultad que favorece al que tiene talento para tirar de fuera. Habrá un proceso de adaptación y tal vez algunos no lo logren. Aunque no es una diferencia grande, impone respeto. Habrá una distinción entre los mejores y los no tan buenos", indica Povea, que matiza: "El espíritu de la norma es acercarse a la unificación de criterios (con la NBA). No creo que se deba a que fuese necesario o no".

La modificación no favorece de inicio al Ciudad de Vigo, que pelea desde la pizarra contra la dificultad: "Asumiendo que quizá no tengamos tan buenos tiradores como en el pasado, sí hemos trabajado en algunas normas específicas del juego". Al final, la cancha se ha convertido en una nueva tierra promisoria.