El "Súper Xacobeo" de 2010, escuadra que congregue a las grandes figuras del ciclismo gallego, va superando fases en su itinerario de maduración. De sueño ha pasado a idea concreta, cuya viabilidad económica se estudia. Los responsables de la Fundación Ciclismo Galego, en cuya estructura se integra la formación, y de la Secretaría Xeral para o Deporte, principal sostén, van a reunirse en breve. Será esta misma semana si las agendas respectivas lo permiten. Sobre la mesa estará el diseño del presupuesto de 2010. El objetivo máximo: fichar a Óscar Pereiro y David Blanco, que compondrían junto a Ezequiel Mosquera una tríada mágica. "Difícil, pero posible", comentan los implicados.

Los grandes protagonistas en esa reunión crucial serán el secretario xeral del ramo, José Ramón Lete, y el gerente de la Fundación Ciclismo Galego, Pedro Alfaro. Ambos habían aplazado su encuentro hasta que la temporada oficial concluyese, lo que para el Xacobeo Galicia se ha producido en la Vuelta a Chihuahua. La expedición galaica regresaba en estas horas de tierras mexicanas. Muchos de los ciclistas vuelven intranquilos respecto a su futuro. Sólo Ezequiel Mosquera, David García y Gustavo César Veloso tienen contrato en vigor hasta 2010. El Xacobeo debe comunicar a la UCI antes del 30 de este mes a quién más retiene.

Álvaro Pino ya ha mostrado públicamente su deseo de conservar el grueso del bloque que brilló en la Vuelta a España, gregarios incluidos: Serafín Martínez, David Rabuñal, Gustavo Domínguez... En el seno del equipo son conscientes de que en el éxito reside también la dificultad. La mayor parte de estos corredores acceden a su madurez profesional y su cotización ha aumentado. Intuyen que los agentes, escudados en las ofertas foráneas, les reclamarán mejoras salariales. Y no niegan que en justicia les correspondan. Hay que cuadrar números. Es lo que Lete y Alfaro empezarán a precisar.

El Xacobeo deambula entre dos pulsiones opuestas: la crisis general, que mengua los patrocinios, y la explosión del equipo, certificada con la victoria en la general por equipos de la Vuelta a España. La formación gallega se ha convertido en la preferida de muchos aficionados españoles, que le agradecen su concepción guerrillera de las carreras, su alegría ofensiva en una época de mansedumbre general. El Xacobeo agita los pelotones, ataca sin el cálculo aritmético de otros. Tal vez pierda por ello alguna batalla, pero gana a cambio páginas impresas y en internet; minutos en televisión y radio. La Fundación acaba de elaborar el dossier en el que recogen el impacto mediático que han cosechado sus corredores. Han empezado a moverlo por los departamentos publicitarios de las empresas.

El escenario privado concentra los esfuerzos. Lete ha anunciado por activa y por pasiva que un equipo profesional no puede depender en tan gran medida del dinero de la Xunta. Caixanova aporta la única gran inyección externa a un equipo cimentado sobre la multiforme aportación pública (Xacobeo 2010, Galicia Calidade, las consellerías de Cultura y Presidencia, Fundación Deporte Galego). Las entidades colaboradoras son numerosas, a bocados meritorios pero pequeños. En la gerencia aceptan y comparten la tesis del secretario xeral. Irán de la mano a recabar apoyos. La ilusión ciudadana es su reclamo.

El calibre de la ambición con la que se construirá el proyecto de 2010 depende de esa prospección en el tejido empresarial de la Comunidad. En estos momentos cunde el optimismo. A tal punto que la contratación de Óscar Pereiro y David Blanco, aunque difícil, se considera factible.

El mosense se ha puesto a tiro. En el plano económico se muestra dispuesto a rebajar su caché; en el deportivo, no discute el liderazgo que Mosquera ha conquistado en las cumbres peninsulares. Pereiro quiere disfrutar sobre la bicicleta en sus últimos años de profesionalismo. Necesita recuperar la frescura que la responsabilidad de haber ganado el Tour de 2006 le arrebató. Su fichaje multiplicaría el atractivo publicitario del Xacobeo y podría abrirle puertas en las grandes citas. Que se retire en casa se antoja natural y Lete lo promueve. Los contactos se han iniciado. Con tal conjunción de fuerzas, la dura tarea de encajar gastos se suaviza.

Las tentaciones no se agotan en Pereiro. David Blanco es la otra pieza que se codicia. El santiagués ha sumado este año su tercera Vuelta a Portugal. Sacarlo del Palmeiras Resort-Tavira no debería resultar tan oneroso. El Xacobeo se gira hacia Portugal como su coto de caza lógico. Blanco pretende traerse bajo el brazo a su confidente en el asfalto, Alejandro Márquez. Ezequiel Mosquera festejaría ambas incorporaciones. Se entrena con los dos cuando no está concentrado con el Xacobeo. Blanco y Márquez reforzarían con gusto su guardia pretoriana.

La relevancia de Pereiro y Blanco, especialmente del primero, los convierte en materia casi bancaria. Los sueños cuestan dinero. Pero eso no invalida su dimensión ciclística, que es la que atañe en teoría al manager del Xacobeo, Álvaro Pino, y sus socios en la dirección deportiva, Suso Blanco Villar y José Ángel Vidal. También ellos han de tener voz y voto en la elaboración del equipo. Son muchos los cabos que faltan por atar, muchos los interrogantes y los obstáculos. Los representantes de la Xunta y de la Fundación empezarán a desbrozar el camino de forma inmediata. Su objetivo común: que el Súper Xacobeo se luzca por las carreteras mundiales en 2010. Arañarán centímetro a centímetro lo que aún los distancia de la realidad.