Barcelona ha sido finalmente elegida por la junta directiva de la Real Federación Española de Tenis (RFET) para albergar la final de la Copa Davis que disputarán España y República Checa entre el 4 y el 6 de diciembre.

Barcelona se ha impuesto así a la opción de Valencia, las dos únicas ciudades que optaban a acoger esta final, después de que Madrid decidiese no presentar su candidatura y de que la Federación Internacional, propietaria de la competición, hubiese descartado Tenerife, por ser una sede al aire libre, y Málaga, por el aforo del pabellón propuesto.

La final de la Copa Davis se disputará así en el Palau San Jordi, donde ya se jugó la final de esta competición en 2000 y donde este año volverá a levantarse una pista de tierra, superficie elegida por el equipo español para los partidos. La decisión ha sido anunciada por el portavoz de la RFET, Igor del Busto, tras una reunión celebrada por la junta directiva en el Club de Tenis de Oviedo, que ha dado su apoyo a Barcelona por trece votos a uno. Tras hacerse pública la decisión, el presidente de la RFET, José Luis Escañuela, ha señalado que Barcelona reúne las condiciones para acoger una final para la que, ante todo, ha reclamado la unión de todo el equipo, de los jugadores y los directivos.

"Tomada la decisión, la final en Barcelona es la final de la Copa Davis para España y ahí estamos todos unidos y vinculados al triunfo del equipo español, que es lo que importa", ha señalado en referencia a la polémica suscitada en los últimos días en torno a la elección de la sede.

Tras asegurar que la Copa Davis es "algo único" y el acontecimiento televisivo "más importante" junto a los mundiales de Fútbol y el Campeonato del Mundo de Atletismo, Escañuela ha afirmado que "en ese contexto, es natural que todas las personas crean que el sitio es el idóneo para jugar".