La pelea que Iván Pozo tenía previsto disputar ante el mexicano Óscar Ibarra para tratar de situarse como aspirante oficial al título mundial supermosca en versión WBO sigue en punto muerto y el tiempo se agota para el púgil vigués. Iván Pozo lleva sin pelear desde el mes de enero y un retraso en su regreso al ring podría ser fatal para sus aspiraciones. Pozo debe defender su condición de número uno en las próximas semanas o la WBO eliminará al vigués de los escalafones mundiales y continentales.

Las negociaciones entre el Concello y Masalma, empresa que se encargaba de la organización de este combate, siguen en punto muerto. No hay avances, el tiempo se agota y Pozo debe volver al ring para mantener su puesto en el ránking.

Es por eso que Paco Amoedo, el entrenador de Iván Pozo, está dispuesto a organizar él mismo una velada para que su pupilo no pierda su posición. "Voy a tratar de que Iván pelee por todos los medios", anuncia. "La pelea ante el mexicano parece que no se hace y no podemos seguir parados", se lamenta. Así, Amoedo estaría pensando en una velada para la segunda quincena de noviembre. "Para seguir en las listas del Consejo Mundial es imprescindible que pelee. Llevamos desde enero parados e Iván no puede estar más de seis meses sin pelear", explica.

Amoedo tiene claro que la velada que pretende preparar debe ser en Vigo, pero el rival aún está por determinar. "Quizá se pueda hacer una revancha ante el francés Christophe Rodrigues, que fue un combate con el que la gente disfrutó mucho", explica Amoedo, que dice que aún no se han iniciado los contactos para poner en marcha la pelea. "De esta semana no pasa", dice sin embargo.

El púgil, mientras, prosigue con sus entrenamientos ante la incertidumbre de cuándo y contra quién peleará. "Yo estoy fenomenal y con la necesidad personal y profesional de pelear. Si no peleo mi carrera puede caer en picado", dice el boxeador.

Pozo reconoce que vive "una espera que angustia un poco porque desconozco cuándo y ante quién pelearé y la verdad que es algo que me tiene intranquilo". El púgil, sin embargo, no quiere polemizar en el asunto de la subvención que le impide pelear en Vigo. "Todos los títulos que he ganado son patrimonio de la ciudad y le tengo a Vigo un cariño y un respeto muy grande. Sé que la subvención, al cancelarse el combate, tuvo que destinarse a otra cosa y lo entiendo y también sé que no hubo mala intención por parte del Concello. Fue por una falta de comunicación entre la empresa que organizaba la velada y el Concello y lo malo es que el perjudicado he sido yo. Pero estoy seguro de que si finalmente Amoedo organiza algo el Concello también estará dispuesto a apoyarnos como lo ha hecho en otras ocasiones".