El equipo kazako Astana, en el que militaban Alberto Contador y Lance Armstrong, en el pasado Tour de Francia se benefició de un trato de favor en los controles antidopaje, según un informe de la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje (AFLD).

El estudio, revelado por "Le Monde", afirma que en los controles efectuados a los ciclistas de Astana no se respetaron los plazos de espera, que los ciclistas eran avisados con antelación de los controles por sorpresa y que la localización del equipo no fue comunicada antes del inicio de la prueba, lo que dificultó que se les sometiera a controles por sorpresa.

Efectuado a partir de los informes de los controladores de la AFLD presentes en el Tour, el informe fue enviado a la Unión Ciclista Internacional (UCI), responsable de los controles, a las autoridades francesas y a los organizadores del Tour.

Los ciclistas de Astana se beneficiaron de los controles más tardíos durante la mañana y de un tiempo más largo de lo que prevé el reglamento para presentarse ante el controlador, según el texto. El informe recuerda los errores ya revelados durante la carrera en un control a ciclistas del Astana el 11 de julio, cuando los controladores tuvieron que esperar en el hotel 45 minutos para hacer su trabajo.

"Esa tolerancia, acordada sin auténtica justificación, no permite asegurar (...) la perfecta regularidad del proceso, en particular que no se haya efectuado ninguna manipulación", indica el estudio.

También denuncia que los ciclistas del equipo kazako no pudieron ser sometidos a un control el 25 de julio porque los inspectores de la UCI no previeron con antelación los plazos de transporte. Además, el informe señala la presencia de un fotógrafo el 24 de julio durante un control a Armstrong en su habitación de hotel, lo que "puede invalidar el procedimiento".

En general, el texto denuncia errores durante los controles antidopaje en la pasada edición del Tour, en la que no hubo ningún positivo y en la que la UCI sustituyó a la AFLD como responsable de los controles.

Los inspectores de la UCI, asegura la AFLD, no respetaron la confidencialidad de la identidad de los ciclistas que serían controlados por sorpresa.

"No es muy profesional hablar en voz alta de estos asuntos en un restaurante en el que hay ciclistas, en particular, la víspera de un control como sucedió en Barcelona en la noche del 7 de julio", indica.

La agencia francesa denuncia también que los nombres de los ciclistas designados para ser sometidos a controles al final de las etapas fueron comunicados media hora antes de la llegada de un plazo demasiado largo que "favorece la manipulación de las muestras antes de ser obtenidas".

Los ganadores de las etapas y los líderes de la clasificación no pasaron por el control, en ocasiones, hasta una hora u hora y media después del final de la etapa.

El informe denuncia también que durante la contrarreloj por equipos del 7 de julio a un ciclista le entregó la notificación del control su propio director de equipo antes de la salida de la etapa.

Los médicos de la AFLD también lamentan no haber tenido material de conservación de las muestras, que pasaron horas almacenadas en los maleteros de coches expuestos al sol antes de ser llevados al laboratorio sin ninguna protección. La única consecuencia de esa falta de conservación es que hace más difíciles los análisis, precisa el informe.