El Ciudad de Vigo Básquet no pudo conseguir la victoria en su debut en la Adecco Oro. A pesar de la derrota, la imagen ofrecida por los vigueses fue magnífica. Vigo tenía hambre de baloncesto. La afición se da cuenta de las dificultades que se han pasado para llegar a ese momento. Lo que menos le importó fue el resultado y sí demostrarle al equipo que tiene su apoyo.

Este Ciudad de Vigo Básquet pinta muy bien. Si con 15 días de entrenamiento, en el mejor de los casos, y con menos de una semana en alguno otro, consiguieron hacer el partido que hicieron ayer, hay motivos para ser optimistas de cara al futuro.

Manolo Povea dio ayer una lección magistral de cómo dirigir a un equipo y cómo dosificarlo dada la premura con la que han preparado este encuentro. Ayer era muy importante saber rotar a los jugadores para que el cansancio hiciera el menor daño posible. Los vigueses comenzaron con problemas que dejaban bien a las claras la falta de entendimiento. Mallorca, sin hacer grandes cosas, se limitó a marcar muy encima en defensa y dejarle el balón a Irvin para que éste llevara a su equipo por delante en el marcador. A Tim Smith le costaba arrancar, y por ello Povea apostó por Mario Díaz. El asturiano se jugó el primer lanzamiento desde la línea de 6.75, consiguiendo la primera canasta del Ciudad de Vigo Básquet en la Adecco Oro. Mario Díaz acercó a los suyos hasta el 7-8. Pero los vigueses volvieron a bajar los brazos a medida que se acercaba el final del cuarto y Mallorca consiguió marcharse con cinco de ventaja.

En los segundos diez minutos de juego, el Ciudad de Vigo parecía otro equipo. Daba la impresión de que los jugadores llevaban varias semanas jugando juntos. A cinco minutos para el descanso Tim Smith conseguía un triple que ponía al conjunto vigués por primera vez por delante en el marcador. O´Leary contribuyó de manera decisiva a que la ventaja viguesa aumentara. As Travesas vivía un clímax que iba en aumento a medida que aumentaba la diferencia a su favor. Los aficionados locales se frotaban los ojos al descanso (37-28).

Dos problemas más se añadieron al Ciudad de Vigo en el tercer cuarto. A los tres minutos de juego ya tenían bandera, por lo que todas las faltas eran de tiro. Cinco minutos más tarde, Smith, Frost, Dennis y Mario se ponían con tres faltas. Mallorca se dio cuenta de esa circunstancia y metió más balones a sus pívots para cargar a los vigueses de faltas. Tres minutos de sequía permitieron a los mallorquines empatar el encuentro.

Las cosas se volvieron a poner feas al comienzo del último cuarto, cuando Dennis, Suka y Frost se pusieron con cuatro faltas. Además, el cansancio físico afectaba también a la mente y se fallaban claras ocasiones que podían sentenciar el choque. A siete minutos para el final, el marcador reflejaba una mínima victoria del Basket Mallorca, que Mike Williams se encargó de recortar con una triple. Eran momentos delicados, en los que un fallo podía costar la victoria.

Povea pidió un tiempo muerto con ventaja visitante de tres puntos, al ver que su equipo se ofuscaba en ataque. La buena defensa de los vigueses seguía sin tener recompensa en ataque. Llegó la reacción, los locales se pusieron a tres y Xavi Sastre, técnico mallorquín, paró el choque.

As Travesas volvió a rugir cuando a cuarenta y seis segundos para el final Tim Smith anota una canasta que poner el marcador en 62-64. Sin embargo, Riera anota un triple que pone al Mallorca con cinco de ventaja a veintisiete segundos para el final. Fue decisivo. No hubo final feliz, aunque las sensaciones son inmejorables.