Con el imperativo de obtener un primer triunfo que rescate al equipo de las catacumbas clasificatorias y refuerce la deteriorada autoridad del técnico, Eusebio Sacristán, visita esta tarde el Celta al Recreativo de Huelva (Nuevo Colombino, 18:00 horas). La convincente derrota encajada hace una semana ante el Hércules en Balaídos ha reabierto viejas heridas y ha hecho aflorar los nervios en un equipo que no acababa de rentabilizar su juego y que, últimamente, ni siquiera proporciona argumentos para ganar los partidos.

Tanto el club como el plantel han cerrado filas en torno al técnico que, se afirma, no ha perdido la confianza de los dirigentes y cuenta con el pleno respaldo de los jugadores. ¿Por cuánto tiempo? Con un lastre de dos victorias en veintiún partidos, nadie duda que una nueva derrota situaría a Eusebio en la picota pero un triunfo, incluso un empate frente a un adversario de fuste como el Recreativo, permitiría al técnico castellano capear el temporal.

Con este sombrío panorama, la plantilla ha hecho acto de contrición. Los problemas del equipo se han discutido en el vestuario y Eusebio está dispuesto a realizar un cambio de sistema. Renunciará al 4-3-3, el dibujo con el que el Celta lleva trabajando desde la pretemporada, para formar con un 4-2-3-1. No se trata, advierte Eusebio, de un cambio de estilo, sino de un matiz táctico que persigue dotar al equipo de mayor solidez en el medio campo.

En la práctica, el cambio se traducirá en un doble pivote defensivo que integrarán Cristian Bustos y López Garai y el adelanto de posición de Roberto Trashorras, que formará como enganche por detrás de un único delantero.

El preparador celeste no modificará la defensa, pese a todo, la línea que mejor funcionó hace una semana ante el Hércules. Así, Hugo Mallo, ya totalmente restablecido de sus problemas físicos, y el brasileño Pedro Botelho ocuparán los flancos de una línea de cuatro hombres en cuyo eje repiten David Catalá y Jordi Figueras. El doble pivote (Bustos y López Garai) precederá a una línea creativa en la que Trashorras ocupará la media punta y Abalo (tal vez Saulo) y Danilo formarán en los costados. En punta el elegido será Iago Aspas, que releva al desangelado Arthuro como delantero centro. Las deficientes prestaciones del brasileño en sus dos apariciones y la lesión de Joselu convierten al moañés en la mejor baza del Celta para una posición que le es extraña pero en la que ya ofreció un excelente rendimiento el pasado curso frente al Alavés.