Eusebio Sacristán suena triste. Empieza a costar digerir la cantidad de palos que recibe el equipo y en el fondo da la sensación de que no acaba de entender por qué se estampa semana tras semana independientemente del rival o de la clase de partido que toca jugar.

Ayer resumió el partido de forma lánguida: “Ha sido un partido con dos partes muy diferenciadas. En el primer tiempo hemos hecho las cosas muy bien, le hemos creado problemas al Salamanca y gracias a eso hemos encontrado la recompensa del gol. Incluso dispusimos de alguna ocasión más para ampliar el marcador y haber podido disfrutar de algo más de tranquilidad. Pero en la segunda parte el Salamanca ha sido mejor que nosotros”.

A la hora de encontrar las razones del desplome del Celta, el técnico de La Seca admitió que tal vez había cometido algún error: “Ha sido un partido de desgaste grande y pensábamos que podríamos aguantar todo el partido a ese ritmo, que resistiríamos en el segundo tiempo igual que el primero. Pensé que lo mejor era no bajar la intensidad. Es posible que tal vez podía haber planteado el segundo tiempo de un modo más conservador; puede que haya sido correr un riesgo excesivo y la verdad es que el Salamanca ha aprovechado bien las opciones a la contra gracias al espacio que tenía detrás y por ahí se nos ha ido el partido”.

Eusebio no tenía dudas de que el hecho de que el Salamanca hubiese estado discreto en el primer tiempo se debió a “nuestro mérito que hemos sido capaces de impedirles hacer su juego. En cambio, en el segundo tiempo, sí han aparecido los jugadores desequilibrantes que tienen en su zona de ataque”.

El entrenador del Celta no puede ocultar que la situación está siendo demasiado repetitiva y que necesita ponerle freno cuanto antes: “Se ha convertido en una constante las remontadas. Es una dinámica en la que no rematamos los partidos los noventa minutos, no los jugamos con el mismo nivel y lo estamos pagando caro. Sucedió contra el Alicante y ahora nos pasa en Salamanca”.

Tampoco quería cargar en exceso el técnico contra algunos de sus jugadores que cometieron errores graves, como es el caso de Ghilas, que desperdició de forma ridícula el 0-2. Desde su posición el jugador tenía más disculpa, desde la grada, no: “Creo que tenía poco ángulo y lo cierto es que lo había hecho muy bien. El 0-2 en el primer tiempo nos hubiese hecho encarrilar el partido, pero bueno, creo que el problema es que no hemos afrontado el segundo tiempo con la misma dinámica del primero. Insisto en que podría haber pensado en hacer un planteamiento más conservador y ha sido mi responsabilidad que asumo”.

Sobre el futuro de la temporada argumentó que “es evidente que nuestro momento es complicado. Pero estamos ahí por méritos propios y de ahí tenemos que salir nosotros. Ahora debemos sacar conclusiones y no bajar los brazos”.