"Debería estar en casa, yendo con la manta eléctrica hasta el baño. Esta semana, cada vez que me acordaba del viaje en autocar (A San Sebastián) me entraban escalofríos. Aguantaré, como hace dos años con la fascitis plantar, hasta que me rompa, es cuestión de narices por no referirme a otro atributo en los medios", afirmó taxativamente.

El Fuenlabrada se encuentra cerca de lograr su pasaporte a las eliminatorias por el título y ahora necesita a todos sus efectivos, empezando por el partido de mañana ante el Bruesa GBC.

"Es una lástima que nos ganara en casa el Ricoh Manresa, pero si lo miras con frialdad todos hubiésemos firmado estar así en este momento. Queda poco, es el último esfuerzo y hay que arrimar el hombro. Me paso el día con Paco (Francisco Martín, fisioterapeuta) y cuidando cada paso", explicó.

López, que aún no ha desvelado si seguirá jugando el baloncesto la próxima temporada, sí da alguna pista: "Hablo con Paco o por teléfono con Solana y me dicen que es una maravilla levantarte cada mañana sin que te duela nada. Está claro que esta competición cada día es más exigente y yo soy más viejo", afirmó.