El Celta y Caixanova firmarán mañana o pasado -a expensas de los compromisos de ambas entidades- el acuerdo mediante el cual el club saldrá del proceso de disolución al que se expone desde que el pasado verano se acogiera de manera voluntaria al proceso concursal (antigua suspensión de pagos). Las negociaciones ya han concluido y ambas partes se encuentran únicamente a la espera de fijar el día para estampar la firma.

El acuerdo es absoluto en los términos en los que se redactará la propuesta del convenio de acreedores (la deuda con la entidad financiera supone más del 50% de la total contraída por la deportiva) que se presentará ante el juez como paso indispensable para garantizar la viabilidad del club. Una vez resuelto el mismo, la deuda del Celta será inferior, según los términos generales en los que ha sido acordado el convenio y a tenor de las cuentas, ya hechas públicas en su día por diferentes miembros del consejo de administración del club, a los treinta millones de euros. La firma del acuerdo traerá consigo, igualmente, un nuevo plan de viabilidad que contemplará la posibilidad de saldar ese déficit en un plazo de 10 temporadas, en el peor de los casos, si el Celta está en Segunda División, o en 3 o 4 temporadas si el equipo asciende a Primera División.

En las últimas semanas de negociaciones entre los responsables jurídicos de Caixanova y del Celta se ha ido perfilando ya el borrador de este convenio que ahora ya está lista para su firma.

Este convenio es el documento mediante el que una sociedad en proceso concursal, como es el caso del Celta, recoge las fórmulas mediante las cuales se compromete a hacer frente a la deuda adquirida. Ese documento debe estar avalado por la firma de la mayoría de los acreedores, que en este caso ya representa Caixanova, entidad a la que el Celta le debe unos 20 millones de euros. A partir de entonces, y una vez que el documento tenga la aprobación judicial, todos los acreedores del Celta han de acogerse a las fórmulas de pago que este convenio contempla.

Las garantías de cobro por parte de Caixanova, fundamentales en la primera fase de negocación entre los responsables célticos y la caja, dieron paso al establecimiento de la redacción de un convenio en el que se contemplan varias opciones para hacer frente a la deuda, sin que de momento se hayan especificado aún las fórmulas que serán escogidas, en este caso por la caja, para cobrar.

La primera posibilidad que los acreedores tendrán para cobrar la deuda que el Celta contrajo con ellos tiene que ver con la propuesta inicial del club y que no es otra que acogerse a la quita del 50% y una espera de cinco años. Es decir, cobrar la mitad de ese montante de adeudo en ese plazo máximo.

La segunda opción que maneja el convenio de acreedores que de manera verbal han pactado Celta y Caixanova ofrece la posibilidad de capitalizar en acciones del club el 100% de la deuda que la entidad deportiva tiene contraída con el acreedor.

Y una tercera alternativa que el documento otorgará a los acreedores será la de acogerse a créditos participativos.

Una vez alcanzado el acuerdo de convenio con la mayoría de los acreedores, como es este caso, y tras la fase de impugnación de la lista de acreedores que está en marcha, el proceso concursal en el que se encuentra el club vigués caminará hacia su fase final con el visto bueno de la administración concursal a esta propuesta, que será a la que finalmente se deberán acoger por ley todos aquellos que quieran cobrar su deuda.

A partir de ese momento, entrará en liza la nueva propuesta del plan de viabilidad que el consejo de administración céltico ya prepara al amparo del acuerdo cerrado con Caixanova y que contempla la convocatoria de una junta extraordinaria para el próximo mes de febrero o marzo en la que, si todo sigue el curso previsto por los gestores célticos, se propondrá la necesaria ampliación de capital.