Para el celtismo más reciente, el Zaragoza es la bestia negra, ya que le arrebató en dos ocasiones (1994 y 2001) la Copa del Rey. Pero la historia entre ambos equipos es lo suficientemente amplia como para que no la ensombrezcan estos dos episodios. Es más, el conjunto maño fue el primer rival de los célticos en Primera División, en la temporada 1939-1940, y últimamente han gozado de muchos nombres comunes, tanto de futbolistas como de técnicos. Los dos históricos se reencuentran ahora en Segunda División, después de que sus ambiciosos proyectos concluyesen en sonoros fracasos en una temporada que disfrutaron de competiciones europeas.

Vigo y Zaragoza están grabadas en los corazones de jugadores como Gustavo López, Milosevic, Cáceres, José Ignacio, Juanfran, Luccin, Sergio Fernández o Celades, que defendieron la zamarra celeste en la etapa más brillantes del club vigués, antes o después que la blanquilla. La mayoría de ellos han estado dirigidos por Javier Irureta y por Víctor Fernández, tanto en su etapa en Balaídos como en La Romareda. Otro tanto podría decirse de Pedro Herrera, que tras jugar en ambos conjuntos regresó a la capital aragonesa para ejercer como secretario técnico de los blanquillos.

Dos años después, Celta y Zaragoza vuelven a encontrarse en Balaídos. La última ocasión fue el 26 de noviembre de 2006, con ambos en Primera y sin pasárseles por la imaginación que la siguiente cita sería una categoría más abajo. Aquel día, igualaron en el marcador, con goles de Baiano y de Diego Milito, dos artilleros que tomaron nuevo rumbo al producirse el descenso a Segunda.

El coliseo vigués ha acogido un total de 36 enfrentamientos, de los que tres han sido en la categoría de plata. El balance resulta muy ventajoso para los célticos, que contabilizan 21 victorias, 10 derrotas y 5 empates.

Las tres visitas mañas en Segunda se saldaron con dos victorias locales y un empate sin goles. Este reparto de puntos se produjo en la campaña 77/78. Desde entonces, siempre se enfrentaron en la máxima categoría, allí donde libraron las batallas más tristes del celtismo. La primera en el estadio Vicente Calderón de Madrid. Los zaragozistas levantaron la Copa del Rey tras superar a los célticos en la tanda de penaltis. Se esfumaba así el segundo intento del conjunto vigués de conquistar este trofeo.

Ambas escuadras se vieron de nuevo las caras en 2001, en el estadio de La Cartuja de Sevilla. Nunca hasta entonces los celestes habían partido como tan claros favoritos de una final. Pero el Zaragoza volvió a cruzársele en el camino triunfal y le sacudió el golpe más amargo de la historia más reciente del Celta. El equipo que brilló en Europa con el fútbol que proponía Alexander Mostovoi se quedó sin título y sin gloria.

Los dos equipos, en pleno declive, han tardado once meses en reencontrarse en el infierno y poder reanudar así una historia que comenzaron a escribir juntos en Primera División un 3 de diciembre de 1939. Aquel día, el Celta debutaba en la máxima categoría. El encuentro se disputaba en Zaragoza y, como no, los celestes se vieron superados por el rival (3-2). Los goles de Nolete fueron insuficientes para celebrarlo con una victoria.