Diego Doval  Vilagarcía

La carrera que José Manuel Calderón está siguiendo en la NBA tiene muchas similitudes con la línea de progresión que siguió en la ACB antes de emprender el salto al otro lado del charco. Desde aquellos años de infancia cuando destacaba en la selección extremeña en los campeonatos de España de categorías inferiores hasta su última temporada en el TAU, la constancia se ha convertido en su mejor seña de identidad.

El genial Alfredo Salazar, director deportivo de los de Vitoria, no dudó ni un momento a la hora de ir a buscarlo a Villanueva de la Serena, tal y como hiciera con el porriñés Javi Rodríguez, ahora en el Manresa. Desde aquel momento, Calderón tuvo que superar no pocas vicisitudes. Muchos no lo veían como un base, con comentarios del tipo que si no tenía tiro, que si lo haría mejor de escolta, etc... Incluso su presencia en las selecciones nacionales de base lo incluían en el roster como escolta.

Siempre tutelando su progresión, el equipo de Vitoria sabía que Calderón con apenas 18 años necesitaba ya minutos de responsabilidad. Fue cuando surgió la cesión a Alicante en la Liga LEB, ascenso y después a completar el proceso formativo en Fuenlabrada. Al abrigo del pabellón Fernando Martín se produjo su explosión. El seleccionador por aquel entonces, el gallego Moncho López, no dudó en llevarle al Europeo de Suecia de 2002. Allí se colgó una plata y el TAU le reclamó a filas para completar tres temporadas a un altísimo nivel, tanto en el espectro de club como en selección.

Su progresión en la NBA, aunque en este caso con residencia fija en Toronto, fue muy similar. Llegó con la etiqueta de suplente en la solapa, pero su talento fue fluyendo hasta convertirse en una referencia básica en el juego de su equipo y títular indiscutible.

La seguridad y solidez que el extremeño aporta a su equipo también tiene su reflejo en los fríos números. Un dato más que relevante es su destacado primer puesto en la clasificación individual de porcentaje de tiros libres. Y es que Calderón suma un total de cuarenta tiros libres sin fallo desde que empezó la temporada.

El ejercicio anterior sólo falló 11 de 120 intentados, pero no fue casualidad. En el verano se puso en manos de Dave Hopla, un afamado entrenador de tiro que también trabajó con Jordan, Kobe Bryant o Ray Allen. La mecánica de "Calde" cambió, sobre todo en lo que se refiere a la apertura de los codos. Los pegó más al cuerpo y sus porcentajes se lo agradecieron. Para más inri, el último tiro libre errado por el base de los Raptors data del 11 de abril en un partido de la temporada pasada ante los Nets.

Pero la gran capacidad del campeón del mundo en 2006 no sólo queda de manifiesto en su infalibilidad desde la línea de 4.60. Suyo también es el primer puesto en una clasificación tremendamente valorada por los entrenadores en sus bases, la misma que refleja la relación positiva entre asistencias y pérdidas de balón. En eso también Calderón es el mejor de la NBA con 4.73 pases de canasta por cada una de sus pérdidas de balón.

¿Alguién se atreve a discutirle como director de juego?