El Real Madrid venció todas las adversidades, al frío intenso de Minsk y su plaga de lesionados, para alcanzar los octavos de final de Liga de Campeones de forma matemática, gracias a un bello gol de Raúl González.

Reapareció la mejor versión del Real Madrid en Europa. Recuperó su carácter de ganador cuando la necesidad apretaba, con el termómetro bajo cero entre la nieve de Bielorrusia, tras dos derrotas consecutivas ante el Juventus italiano que invadieron de dudas el último proyecto de Bernd Schuster.

Necesitaba el técnico alemán un buen partido. Lo demandaban aún más sus futbolistas, que ante el Bate recuperaron autoestima con un equipo sobreponiéndose a todos los problemas, sin seis titulares lesionados pero con casta desde el pitido inicial.

No había mejor forma para entrar en el partido que hacerlo marcando. Sólo había dado tiempo a Drenthe a darse cuenta de que su banda sería un chollo, emparejado con el flojo Khagush, cuando Raúl se reencontraba con el gol en Liga de Campeones.

El capitán. El máximo goleador del Viejo Continente, hizo bueno el segundo pase de Drenthe y los fallos en cadena de la defensa rival, con un control con el muslo y un disparo potente, imparable para Veremko, que llegó a la red tras tocar el larguero (min.7).

La mitad de los centros de Drenthe acaban en el área, la otra mitad en la grada. Su primer intento lo remató mal Javier Saviola. El ´pibito´ derrochó ganas en su estreno como titular. Ansioso por demostrar que tiene calidad, sólo le faltó el gol. Tuvo tres ocasiones que no concretó.

Las lesiones han llevado a Schuster a dar con la tecla defensiva. El regreso de Sergio Ramos al centro de la zaga, ha ayudado a dejar la puerta a cero en dos partidos consecutivos. El único impedimento es la renuncia al costado derecho en ataque, donde Miguel Torres apenas asoma, centrado en mantener su seriedad defensiva.

El duelo era intenso, el Bate mostraba sus carencias en su búsqueda de puntos que le permitiesen estar en la UEFA, limitado en la técnica y alejado de la imagen que puso ante las cuerdas al Juventus de Turín, que sólo sacó un empate de su visita más plácida en lo climatológico.

La salud del Real Madrid depende del día de Guti y de Sneijder. Suman imaginación y movilidad. Toque y pegada, que unida a la solidez defensiva de Gago concede equilibrio al equipo. Impidieron que llegase con claridad el Bate en el primer acto.

La autopista en la derecha la aprovechó Drenthe, que no supo sentenciar el partido. Un contragolpe de manual le dejó con todo a su favor, en superioridad dos contra uno, que no interpretó bien.

Mantuvo la actitud el Real Madrid en la segunda parte, en la que aceptó un intercambio de golpes que no le beneficiaba. Necesitaba parar el partido y sólo fuertes choques en balones aéreos lo hicieron. Guti y Ramos acabaron con vendajes por pequeñas brechas, dando la nota de heroicidad a un triunfo clave.

Alejado de su mejor imagen, Heinze permitió la ocasión más clara del Bate. Regaló un balón a Blizniuk, perro su disparo se marchó rozando la escuadra. La inocencia del Bate se fue esfumando a medida que el Real Madrid retrocedió metros para lanzar peligrosas contras. Un disparo de Blizniuk rozó el palo en su última ocasión clara. El larguero impedía el segundo tanto de Raúl y el Real Madrid acababa achicando balones, con Ramos y Pepe imponiendo su poderío para sellar un triunfo vital.