1 - Real Madrid

Iker Casillas; Torres, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo; Gago, Sneijder (Van der Vaart, m.66), Guti; Van der Vaart, Higuaín (Saviola, m.79) y Raúl (Bueno, m.85).

0 - Recreativo

Riesgo; Iago Bouzón, Morris, Beto, Casado; Sisí (Aitor, m.76), Javi Fuego, Jesús Vázquez, Akalé (Ersen Martin, m.53); Camuñas y Javi Guerrero (Colunga, m.67).

Gol: 1-0, m.39: Sneijder.

Árbitro: Muñiz Fernández (colegio asturiano). Mostró cartulinas amarillas a Marcelo (48) por el Real Madrid, y a Casado (31), Jesús Vázquez (44) y a Bouzón (89) por el Recreativo.

Incidencias: encuentro disputado en el Santiago Bernabéu ante 68.000 espectadores.

El Real Madrid obtuvo ante el Recreativo de Huelva un triunfo repleto de mediocridad, sin fútbol, agarrándose a la pegada de Wesley Sneijder para poner fin a la crisis de resultados pero incrementar las dudas por la falta de un patrón de juego.

El fútbol es un estado de ánimo y el Real Madrid está al borde de la depresión. Necesitaba un triunfo para no agravar una crisis para apuntar directamente al juego. Para Schuster el sistema está por encima de los jugadores. Sigue apostando por un 4-3-3 que continúa cosechando dudas.

Un buen encuentro borra de la retina del aficionado disgustos recientes. Juventus, Real Unión y Valladolid han mostrado al Real Madrid el camino que no debe seguir. Le avisan de lo que le puede llegar en un diciembre en el que se cruza con los grandes. El Recreativo, ya con once partidos seguidos sin ganar, se perfilaba como el rival propicio.

Pero anda el Real Madrid perdido en el campo. Su juego se reduce a la garra, a la imaginación de Guti o la inspiración en el remate de Higuaín. Plano de ideas, se pierde entre carreras con poco sentido de Drenthe, a quien el Bernabéu silba su falta de calidad pero ovaciona su desgaste en la presión. Su imagen se extiende al equipo. Escaso de calidad, juega a impulsos.

Cualquier rival que pisa el Bernabéu tiene licencia para soñar. Disfruta de ocasiones y en función de su efectividad puede obtener un buen resultado. El Recreativo falló y perdió. La tuvo Camuñas (min.8), en la ocasión más clara del partido, cuando solo ante Casillas chutó a las nubes una jugada perfecta de Sisí con Javi Guerrero.

La conjura del vestuario blanco no se reflejó en el campo. El experimento fallido de Valladolid devolvió a Schuster a su planteamiento tipo, alejando a Higuaín de su prisión en banda, sentando a Javi García y apostando por una defensa nueva, por las circunstancias. La sanción de Heinze y la lesión de Cannavaro situaron a Ramos en el centro de la zaga. El andaluz ganó confianza. La pareja que forma con Pepe es pura garra.

También brilló Sneijder, con un cabezazo con toda la portería para él que lanzó por encima del larguero (min.11), pero armó su ´fusil´ para aliarse con la suerte en el primer gol del partido. A los 35 minutos su descaro en el disparo le hizo probar suerte. Su potente ´chut´ rebotó en la defensa rival dibujando una parábola inalcanzable para Riesgo.

Instalado el silencio en las gradas, el gol evitó una pitada al descanso. Pudo empatar Akelé, pero su disparo rozó el palo. Ni los minutos de asueto para corregir errores cambiaron la imagen en la reanudación de un Real Madrid a la deriva. Sin ideas, concedió la posibilidad de empatar a un Recreativo víctima de sus números. Cinco goles en doce partidos hablan por sí solos. Le hunden en el descenso.

La distancia entre líneas del conjunto madridista era abismal. Con poco físico y sin equilibrio, la velocidad de Sisí primero y de Colunga al final, acercó al Recre al premio. Su falta de remate le terminó alejando pese a dos salidas en falso de Casillas. Y pidió un penalti por mano de Pepe en un gesto extraño dentro del área.

Marcelo y Drenthe están bajo sospecha. Su rendimiento no mejora. No crecen, como sí dio el salto Higuaín, que a falta de disgustos dio un susto más, al retirarse lesionado en camilla.

Así está el Real Madrid. Como el coche camilla que se caló en el centro del campo cuando buscaba a Higuaín y necesitó un empujón. El equipo pide un cambio. El público también. La pitada final lo refleja. La crisis sigue instalada en la casa blanca.