"Desafortunadamente el tiempo no ha sido muy favorable. He hecho unas pocas vueltas en seco y, cuando iba bastante bien, ha comenzado a llover", explicó Rossi al término de su segundo día como piloto de Ferrari, regalo que la escudería italiana le había prometido por ganar el Campeonato del mundo de GP.

"No hemos decaído, hemos trabajado también un poco sobre mojado, me he divertido y al final he corrido un poco fuerte, marcando 1,33 minutos, que es un buenísimo tiempo. Ha sido una gran experiencia conducir el coche y ha estado bien, pero sobre todo es una gran emoción estar en contacto con los chicos de Ferrari", añadió.

Rossi se congratuló de haber llegado sano y salvo al final de las pruebas y con el coche intacto, después de haber hecho unos seiscientos kilómetros.

"Me había preparado para el cuello, sabía que era el punto débil, pero ha ido bien aunque me faltaba un poco de fuerza", afirmó el motociclista, quien agregó que ha corrido "con precaución porque arruinar el coche, que es precioso, habría sido un pecado".