El entrenador del Celta, Pepe Murcia, se tomó la eliminación copera con tranquilidad. Quizá porque sabía que era el final inevitable, en esta ronda o en la siguiente, y porque tuvo muchos minutos para ir encajando la derrota. Desde el 2-0 reconoce que sus jugadores se quedaron sin opciones.

El Celta se murió a balón parado, con el remate de Jarque y un gol en propia puerta en el que parecieron participar muchos y que al final fue de Renan, a expensas de a quién se lo haya adjudicado Muñiz Fernández en el acta: "Es una faceta en la que está claro que no estuvimos bien. Hasta los córners no había dado demasiadas señales de vida el Espanyol", se lamenta Pepe Murcia.

El técnico explica las razones de que la falta de tensión dominase el encuentro: "En ese sentido, sin desmerecer a nadie, creo que el objetivo prioritario de los dos equipos es la Liga. Nosotros sabíamos que podía llegar el momento en que las diferencias se marcasen y creo que no ha sido así. La ilusión con la que vinimos fue la misma que en el partido de ida. Quizá no la supimos desarrollar en el día de hoy, pero sí en Balaídos".

Insiste el técnico en la importancia de esos fallos a balón parado: "Esos dos goles han marcado el devenir del encuentro", aclara, antes de aceptar que "no hemos sabido defender esas acciones. Es obvio".

Murcia revela su simpatía por el Espanyol, al que elogia la forma en que se sobrepone a la ausencia de una pieza clave: "No tener a Iván de la Peña se le nota. Es un jugador diferente. El Espanyol ha estado en la línea de lo que habíamos visto en la Liga y contra nosotros. Posee muchísima velocidad de mediocampo hacia delante".

Sólo tiene un pero que añadirle al resultado final del choque: que su equipo no supiese aprovechar una salida fulgurante, en la que amenazó con complicar las cosas a los locales sin llegar a concretarlo. "Quizá las cosas hubiesen cambiado si hubiésemos tenido más acierto en las primeras llegadas de las que dispusimos. Pero eso es especular".

Así que todo entra dentro de lo lógico. Salvo la lesión de Jonathan Vila, que le llega al canterano en un momento dulce, cuando tras dos temporadas de esfuerzo constante al fin se había apoderado de un puesto estable en el once inicial. Vila, que se retorció la rodilla él solo en una jugada desgraciada, estará varias semanas de baja aunque en principio puede agradecer que la lesión no sea tan grave como parecía.

Según el primer diagnóstico del médico celeste (ayer fue Luis Rial el que viajó con la expedición a Barcelona), Jonathan Vila sufre un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha. Habrá nuevas exploraciones de la articulación para descartar cualquier clase de rotura o complicación secundaria. En el mejor de los casos, estará varias ausente varias semanas.