CELTA 2 - 0 SALAMANCA

CELTA

Notario (Falcón, m.13); George Lucas, Rubén, Peña, Roberto Lago; Ariel Rosada, Jonathan Vila; Dani Abalo (Óscar Díaz, m.70), Trashorras, Ghilas (Fabiano, m.84); Dinei.

SALAMANCA

Alberto; Sito Castro, Pelegrín (Isaac, m.81), Catalá, Gañán; Cristian Bustos, Cohen; Paulo Sergio (Dañobeitia, m.58), Quique Martín, Salva Sevilla (Pedro Botelho, m.46); Gorka Azkorra.

Goles: 1-0. Minuto 16, Dinei dispara cruzado tras recibir de Trashorras y Pelegrin empuja el balón a la red. 2-0. Minuto 94, Trashorras, desde fuera del área coloca el balón lejos del alcance de Alberto. Árbitro: Martínez Franco, del colegio murciano. Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 10 de Segunda División disputado en Balaídos ante 6.650 espectadores según datos ofrecidos por el club.

juan carlos álvarez  Vigo

El Celta vuelve a respirar después de un importante y sufrido triunfo ante el Salamanca que ayer se dejó en Balaídos el liderato. Después de la pantomima del miércoles en la Copa del Rey los de Pepe Murcia mudaron su aspecto por completo y se comportaron con una notable seriedad. Explotaron sus mejores recursos en el impetuoso arranque de partido y supieron sufrir en el segundo tiempo cuando el Salamanca se fue a por el empate y el Celta regaló demasiado campo al rival.

A diferencia de otras tardes, el Celta se fue de salida a por el rival, fue a buscarlo al vestuario. Esa decisión, imprescindible en esta categoría y más para un equipo como el Celta, suponía toda una novedad porque esta temporada los vigueses han abusado de planteamientos timoratos y de comportamientos excesivamente melindrosos con el rival. El Salamanca se sintió agobiado por la presión del Celta que ofreció esfuerzo y solidaridad. Monopolizó la pelota y así las cosas son siempre más sencillas. El Salamanca cometió además el error de liberar a Trashorras (que formó en la línea de creación junto a Dani Abalo y Ghilas) y el lucense comenzó a conectar con facilidad con Dinei para sembrar el peligro en el área de Alberto. Así fueron llegando las primeras ocasiones por medio de Ghilas y Abalo que obligaron a intervenir al meta salmantino. Fue un pequeño aviso de lo que llegaría a continuación porque cuando se acababa de cumplir el primer cuarto de hora Trashorras envió un preciso balón a la espalda de los centrales y Dinei sacó un remate envenenado que tras superar a Alberto fue introducido en su propia portería por Pelegrin. Era el justo premio al esfuerzo del Celta y al empuje que había mostrado en el comienzo del partido. El Salamanca acusó el golpe, durante un buen tramo estuvo conmocionado y el Celta falló por medio de Trashorras la posibilidad de agigantar la diferencia en el marcador tras una gran combinación de su línea de ataque.

El único problema es que puede que de modo inconsciente el Celta empezó a enfocar el partido de un modo diferente. En vez de preocuparse por la portería de Alberto comenzó a hacerlo por la de Falcón (que había sustituido al lesionado Notario) y eso nunca ha traído buenas consecuencias esta temporada. El Salamanca se hizo con el control del balón y sin generar peligro sí obligó al Celta a emplearse a fondo. La gran diferencia con otras tardes fue que los centrales -donde Murcia volvió a recurrir a su pareja de favoritos Rubén y Peña- no regalaron ni media ocasión y sobre todo que Jonathan Vila ocupó el centro del campo con absoluta jerarquía. Defendió con acierto acompañado por Rosada y ejerció como un eficiente guardia de tráfico, jugó a un toque, desahogó siempre con acierto y lanzó el ataque con velocidad cuando había posibilidad de contragolpe. Con naturalidad, sin alardes gratuitos, el canterano gobernó el partido y se transformó en la mejor noticia del día.

En el segundo tiempo el Celta se excedió en su prudencia y se dejó dominar de forma absoluta por un Salamanca que recurrió a toda la dinamita que le quedaba en el banquillo. Aprovecharon la inseguridad de Roberto Lago para volcar su ataque por la banda derecha y a los de Pepe Murcia sólo hay que achacarles en esos minutos cierta obsesión por esconderse en su área. Los castellanos tuvieron el empate en dos cabezazos de Botelho y de Azkorra cuando más agobiaban los de Amaral. El técnico del Celta recurrió a Óscar Díaz -el mejor jugador el pasado miércoles, lo que le valió curiosamente un sitio en el banquillo- y la presencia del interior cambió un tanto la tendencia del partido porque le dio mayor salida al conjunto vigués. De hecho, de sus botas estuvo a punto de salir un prodigio de gol: desarboló con un caño a su marcador, trazó una diagonal y desde treinta metros lanzó un obús que se estrelló con violencia contra la escuadra izquierda de la portería de Salamanca. La infantil expulsión de Roberto Lago -que alguien debería explicar- por entrar en el campo sin permiso complicó aún más el final el partido porque el Salamanca se fue con todo al área del Celta y los vigueses apretaron los dientes en defensa hasta que en el descuento Trashorras apareció en escena para liquidar el partido con un ramalazo de su genio.